El llamado para la toma de Caracas el primero de septiembre, se ha convertido en un proceso nacional de auto convocatoria de la ciudadanía para la conquista de tres cuestiones que se han convertido en claves: que se fije de manera clara por parte del CNE el calendario para la realización del Referendo Revocatorio para este año 2016, que se abra un canal humanitario para recibir ayuda en materia de alimentos y medicinas y que se le dé la libertad a los presos políticos.
¿Qué diferencia este proceso de convocatoria de otros realizados anteriormente y que no tuvieron la resonancia de éste? Quizás la respuesta esté en las razones de porque otros procesos si han resultados exitosos. Y en mi opinión las convocatorias se vuelven masivas en la medida en que la ciudadanía interpreta que nos acerca al objetivo buscado que no es otro que salir del régimen. Veamos. La población fue a votar el 6D en una proporción pocas veces vistas para una elección legislativa porque entendió que efectivamente la derrota del chavismo en las legislativas produciría un cambio en la correlación de fuerzas nacional e internacional como efectivamente se ha producido. De la misma manera la gente se volcó a firmar por el 1% que habilitaría a la MUD para solicitar el RR, porque era el inicio del proceso, así como salió a validar masivamente porque era hacer efectivo las firmas y de esa manera poder activar de manera contundente el mecanismo del RR.
Es decir, cada vez que la ciudadanía ha entendido que su movilización es fundamental para alcanzar el objetivo de ponerle fin al régimen chavista, ha respondido de manera clara y contundente. En esta oportunidad del primero de septiembre, creo que es uno de los eventos que todos los venezolanos entendemos como fundamental para sacar a Nicolás Maduro y el PSUV del poder y recuperar nuestra vida democrática. Y en esa medida se ha convertido en un proceso de auto convocación nacional que excede con mucho a la MUD, porque la gente lo está tomando como un proceso que les concierne, que tiene que ver con la posibilidad de recuperar una vida decente, de poder derrotar el hambre y la enfermedad entronizada políticamente por el chavismo en su afán de permanecer eternamente en el poder. La población entiende que la presión de calle pacífica es una manera clara de seguir diciéndole al régimen que su tiempo político acabo y acabo en el más dramático y doloroso fracaso de la historia nacional.
El primero de septiembre será el momento de repetirle al régimen castrista-chavista-madurista, que la gente los quiere sacar del poder de manera pacífica, constitucional, democrática y electoral, a menos que el régimen se empeñe en cerrarle la vía al cambio democrático, pero será sólo responsabilidad de Nicolás Maduro y de la cúpula gobernante que el resultado sea otro que el propuesto por la MUD, que no es otro que el Referendo Revocatorio.
En este sentido debemos entender que el primero de septiembre se inicia un proceso democrático y pacífico, que arreciará la presión para salir del régimen, que a la casta dirigente no le será posible trancar a troche y moche el RR o ponerle la fecha que ellos quieran de acuerdo a sus intereses de permanecer en el poder, porque la situación económica, social y política empeora de manera escandalosa y éticamente intolerable día por día, y está llevando a la ciudadanía a niveles cada vez mayores de rechazo de una situación de quien hace responsable a Nicolás Maduro y que guarda correlación con su intención de sabotear el RR.
Sólo el RR constituye la salida constitucional, pacífica, democrática y electoral de salir de esta situación de grave hundimiento nacional, de retomar y reconstruir la institucionalidad democrática y de rescatar una senda de desarrollo y de crecimiento económico que devuelva a los venezolanos un modo de vida acorde con los ideales de una vida civilizada.
Pedro Vicente Castro Guillen @pedrovcastrog