Estamos viviendo una Cuarta Revolución Industrial, que modificó radicalmente las pautas de producción y consumo en el mundo, a partir de los profundos avances tecnológicos de las últimas décadas. En este contexto cambiante y competitivo, los países deben redoblar sus esfuerzos para generar riqueza y garantizar una buena calidad de vida para todos, reseña Infobae.
Una de las claves para tener éxito en esta empresa es mejorar el capital humano. Esto significa tener una población más preparada, con conocimientos variados, capacidad de adaptarse al cambio y creatividad para buscar nuevas soluciones a los desafíos de esta época tan compleja.
Para el Foro Económico Mundial (WEF, por su sigla en inglés) el capital humano de una nación son los saberes y herramientas prácticas que tienen los individuos para crear valor. “Este recurso es un determinante del éxito de un país en el largo plazo más importante que cualquier otro, (…) porque es crítico no sólo para la productividad de una sociedad, sino también para el funcionamiento de sus instituciones políticas, sociales y cívicas”, sostiene el organismo en The Human Capital Report 2016.
Para calcular en qué medida los países están desarrollando su capital humano, el WEF creó un índice (va de 0 a 100) a partir de 46 indicadores. Incluye estadísticas vinculadas a la educación, la formación profesional y el empleo, y una serie de datos cualitativos de una amplia encuesta mundial, con preguntas que entre otras cosas estiman la facilidad de las empresas para encontrar trabajadores altamente calificados.
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