Hubo una ciudad en la cual los hombres leían y discutían de política y deportes en fuentes de soda, plazas y esquinas. Era la ciudad de gaiteros improvisados, de niños elevando petacas, siempre riendo mientras daban vueltas patinando entre caimaneras de beisbol con pelota de mano; era una ciudad alegre, colorida, musical. Las mujeres rezaban y cuidaban a los niños y ancianos, sentadas en las floridas calles llenas de alegría de nuestra Ciudad, rodeadas de familias que progresaban con esfuerzo y el sudor de su trabajo. Esa Maracaibo irradiaba futuro, grandeza, prosperidad.
La Maracaibo que vive hoy en nuestros recuerdos parece haber quedado muy atrás. Las petacas se precipitaron a tierra, la música perdió los parlantes de la alegría, los caminantes ya no pueden andar por las plazas y el lechero dejó de pasar anunciando el día. Tumbar mangos dejó de ser el juego espontáneo de nuestros niños para convertirse en la única opción de comida para muchas familias. Esa Maracaibo amable, optimista, laboriosa y progresista parece haberse apagado ante tanto olvido y desidia.
Los aniversarios también sirven para reflexionar, más cuando no todo es fiesta. Frente a este nuevo año que cumple nuestra Ciudad es fundamental analizar lo que somos para compararlo con lo que queremos ser. De la ciudad próspera, colorida, culta y progresista que fuimos, parece que hoy sólo sobreviven nostálgicos recuerdos.
A Maracaibo se llegaba en barco cruzando su majestuoso Lago, y en sus riveras las familias marabinas disfrutaban de sus cálidas aguas. Hoy ese Lago de aguas cristalinas lo ahoga la indiferencia de quienes solo lo explotan y no lo cuidan. A mi Ciudad la azotan los males de la merma, la incompetencia y la invasión; la merma de la actividad petrolera y comercial, la merma de la inútil expropiación de empresas, la invasión de pranes y mafias respaldadas por indignos funcionarios, la incompetencia de Organismos que nos obligan a morir de sed frente al reservorio de agua dulce más grande de Suramérica, a mantener nuestras calles sucias por el fracaso de la recolección de basura, a estar a oscuras condenados al reinado de la inseguridad y la violencia.
¿Dónde está la Maracaibo progresista, de comerciantes, universitarios, científicos, deportistas y artistas?, ¿Dónde está la gaita protesta que levanta la moral de la Ciudad? ,¿Dónde están los valores de amistad, confianza y respeto que siempre tuvimos? Están en cada uno de nosotros; los llevamos en el alma porque somos marabinos, solo que están reprimidos por esta situación que no merecemos.
Es urgente un cambio de rumbo. Es hora de volver a recorrer la senda del bienestar, de la riqueza compartida, del optimismo y el orgullo de ser un buen ciudadano.
Desde la Unión de Comerciantes del Estado Zulia, hacemos nuestra parte dignificando y protegiendo al pequeño y mediano comerciante, ejemplo de virtud, emprendimiento, disciplina y trabajo constante.
Feliz cumpleaños Maracaibo, nuestro mejor regalo para ti, será un mejor futuro.
Gilberto Gudiño Millán / @GilbertoGudino – Presidente de la UCEZ