El sirio Abu Wa’el Dhiab, uno de los seis ex prisioneros de Guantánamo que Uruguay acogió en 2014, asegura que su salud es muy precaria debido a la huelga de hambre que realiza para exigir que le permitan reunirse con su familia en otro país.
Por LEONARDO HABERKORN, Associated Press
Después de que activistas y amigos dijeran temprano el viernes que Dhiab se encuentra en grave estado, el sirio habló posteriormente a través de una computadora con su esposa, quien se encuentra en Turquía, y ante la presencia de un grupo de periodistas.
Dhiab estaba tirado sobre un colchón, cubierto con una manta roja, despeinado y alicaído en una pequeña habitación sin otros muebles.
“Mi salud está muy precaria, estoy mal”, aseguró el refugiado en un mensaje que leyó después el activista por los derechos humanos Andrés Conteris. “Mi energía está muy baja y yo responsabilizo personalmente al gobierno de Estados Unidos y también al gobierno de Uruguay (del desenlace de su medida)”.
Más temprano, Christian Mirza —encargado del gobierno uruguayo para los refugiados de Guantánamo— declaró tras visitar al sirio que “su estado es delicado” y que están trabajando “para salvarle la vida”. Agregó que seguramente será hospitalizado en las próximas horas.
El funcionario agregó que el gobierno “al más alto nivel” hace gestiones ante diferentes estados, particularmente del mundo árabe, para que acojan a Dhiab y cumpla su deseo de encontrarse con sus familiares.
Dhiab abandonó Uruguay en julio y reapareció después en Caracas, donde manifestó su intención de viajar a Turquía o a un tercer país para reunirse con su familia, según indicó la cancillería uruguaya en su momento.
Tras estar un mes detenido e incomunicado, Venezuela lo deportó por haber ingresado sin realizar los trámites migratorios correspondientes.
En su mensaje, el sirio dice que espera ver pronto a su familia y refirió que en una semana su hija se casaba.
“Yo esperaba mucho estar presente para celebrar eso con ella. Pero Estados Unidos no lo permitió. Yo quería abrazarte en ese día tan especial. Tengo dos opciones: me voy a reunificar con mi familia y nos vamos a encontrar en un lugar que nosotros escogemos o voy a morir acá en Uruguay”, agregó en su mensaje leído por Conteris.
Dhiab, que se desplaza con muletas, ha acusado en repetidas oportunidades al gobierno uruguayo de incumplir una supuesta promesa de traer a su familia al país y en septiembre de 2015 aconsejó a los prisioneros que permanecen en Guantánamo que no acepten venir a Uruguay.
Seis ex prisioneros de Guantánamo —cuatro sirios, un tunecino y un palestino— llegaron a Uruguay en diciembre de 2014 durante la presidencia de José Mujica.
Estados Unidos ha usado su base en Guantánamo desde enero de 2002 para mantener a sospechosos de vínculos con Al Qaeda y el Talibán.