El candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, dijo hoy que el desprecio que ha mostrado su rival demócrata, Hillary Clinton, al calificar de “deplorables” a sus seguidores, la inhabilitan para ocupar la Casa Blanca.
EFE
“El desdén expresado por Clinton por millones de estadounidenses le descalifica para el servicio público. No se puede presentar a la Presidencia con ese desprecio en el corazón por el votante estadounidense”, aseguró Trump en una intervención ante la Asociación de Guardias Nacionales en Baltimore (Maryland).
Trump volvió a atacar a Clinton por haber hecho unos comentarios este viernes en los que aseguró que la “mitad” de los votantes de Trump eran unos “deplorables” con ideas “racistas, machistas, homófobas, xenófobas, islamófobas”.
El candidato centró su discurso en atacar esas declaraciones, mientras que no quiso ahondar en los problemas de salud que llevaron a la ex secretaria de Estado a abandonar indispuesta el homenaje por las víctimas del 11S en Nueva York, algo que después su campaña atribuyó a una neumonía de la que no había informado antes.
Por el contrario, Trump eligió atacar a su oponente por su “total falta de respeto por la gente de nuestro país”.
“Clinton habló con odio y escarnio de la gente que hace que este país funcione. Habló con desprecio de la gente que, sin esperar las gracias, sigue las normas, paga sus impuestos y que se procura los medios de vida para su familia”, añadió Trump.
“Me he presentado (a las elecciones por la Casa Blanca) para que los poderosos dejen de golpear a los que no tienen poder. Me he postulado para ir contra los grupos de interés, los grandes donantes y los políticos corruptos dentro del sistema (…) Me postulo para ser tú voz”, reiteró.
Trump, que sigue por detrás de Clinton en las encuestas pero ha recortado distancias, quiere ganar el voto de la clase media rural que con la globalización y la reconversión industrial perdieron el modo de vida relativamente seguro que tenían.
No obstante, solo esa franja demográfica difícilmente podrá dar a Trump la Presidencia, especialmente sin el apoyo, por ahora marginal, de hispanos y afroamericanos.