Con solo un quirófano operativo y el 70% de insumos fuera de stock, los pocos médicos que quedan en la plantilla de especialistas del hospital José María Vargas de La Guaira están garantizando únicamente las intervenciones de emergencia, reseña La Verdad de Vargas.
Fuentes fidedignas vinculadas al centro asistencial más importante del estado aseguraron que desde el 2015 la crisis dentro del nosocomio ha recrudecido, por la demolición de los siete pabellones inaugurados en el 2008 y por la merma en el abastecimiento mensual de material quirúrgico.
“Los médicos nos sorteamos los turnos para poder operar todas las emergencias que llegan. Muchas veces hay cesáreas de emergencia y llega un politraumatizado que también amerita ingresar a pabellón y debe quedarse en cola esperando que salga un paciente para que ingrese otro. Con esta dinámica y la falta de insumos, no podemos operar las electivas”.
Los pacientes de las especialidades de traumatología, cirugía, neurocirugía y pediatría que se mantienen en la lista de espera para ser incluidos en el plan quirúrgico del hospital asisten semanalmente a las consultas a ver si tocan con la suerte de que ese día hay poca demanda en pabellón y los puedan intervenir.
Dominga Ferrer, residente de Puerto Cruz, detalla que su hijo tiene dos meses esperando intervención. “Todos los jueves venimos a ver si lo operan. El sufrió un accidente en moto y se fracturó la clavícula. Hasta el momento se le ha desplazado dos centímetros por la larga espera. Tenemos miedo que se le presente una complicación, pues el cardiólogo le dijo que por cualquier movimiento brusco podría perforársele el pulmón”.
Los médicos destacan que fallan las compresas, suturas, cepillos quirúrgicos y soluciones intravenosas. “Nos están trayendo suturas de muy mala calidad que comprometen la evolución de los pacientes. Muchos se complican en la recuperación pues el Vycrill no es adecuado para suturar en zonas internas”.
Señalan que las salas quirúrgicas carecen de normas de asepsia establecidas en hospitales y clínicas. “No hay agua en los grifos, hay humedades en las paredes y las moscas ya forman parte de la nómina del hospital”, aseguran.