Este gobierno en su fase de agonía terminal, y al descoberto frente a un pueblo que reclama los alimentos y medicinas que se robaron sus altos jerarcas y que exige justicia, y la salida de Nicokás Maduro por la vía del Referéndum Revocatorio, busca fachadas para tratar de esconderse del juicio popular, y como no tiene respuestas frente a esta tragedia nacional; busca meter casquillo y tratar de dividir a la unidad democrática venezolana, a sabiendas de que su fortaleza y el respaldo de la mayoría del país, son la garantía de cambio en Venezuela.
Es por ello que la unidad en estás horas debe estar más blindada que nunca, porque producto de la desesperación y a sabiendas de un rotundo fracaso, el gobierno ya puso a trabajar a las marionetas del oficialismo, dirigidas por Jorge Rodríguez, Diosdado Cabello, Elías Jaua y otros cuantos personajes más disociado, acomplejado y con traumas dentro del PSUV. Ataques van y ataques vienen entre supuesta militancia y dirigencia de la unidad; pero a estas alturas y cuando hemos transitado el camino más largo, espinoso y con obstáculos, y cuando estamos frente a un inmimente cambio en el país, no podemos morder el peine de estos atrofiados mentales, cuyo único objetivo es continuar aferrados a un poder para seguir usándolo para beneficios personales y para llenar sus bolsillos de más dinero mal habido, y seguir condenando a nuestro pueblo al hambre y a la miseria.
El gobierno con esas maniobras sucias no puede escaparse de una situación dantesca producto de la corrupción, de la incapacidad, del pillaje con los que han desangrado a Venezuela. Hoy la situación de hambre en las calles del país es desesperante e inédita en la historia republicana. 17% de los venezolanos come en los basureros, 16 millones de personas comen dos o menos veces al día y otros miles han pasado a engrosar las filas de la indigencia porque no cuentan con ningún recurso para alimentarse. Pues bien, y frente a esta realidad, el único diálogo posible es el Referéndum Revocatorio este año de Nicolás Maduro y de la crisis de enormes magnitude propiciada desde la revolución.
El pueblo venezolano no nos perdonaría a estas alturas del partido, que caigamos en discusiones pequeñas o en dimes y diretes entre nosotros mismos, porque definitivamente el monstruo a vencer es un gobierno cleptócrata e hipócrita que valiéndose de las necesidades de los más necesitados, se hizo de cuanta artimaña y chanchullo se les ocurrió, para hacer fortunas y garantizar el patrimonio económico de sus descendencias.
Mi llamado es a la reflexión y a la calma, mano segura no se tranca, y me atrevo a asegurar que esta victoria es nuestra y del pueblo venezolano, porque quieran o no, este año en Venezuela habrá Referéndum Revocatorio, y será nuestro pueblo quien decida el futuro político, económico y social de nuestra Venezuela.
Así que no nos distraigamos en problemas pequeños, ni caigamos en la trampa de un gobierno fracasado. Debemos enfocarnos en trabajar en unidad hoy más que nunca para lograr el objetivo de país que nos hace comulgar en la Mesa de la Unidad Democrática. No es momento de divisiones, es momento de encuentros y de aportes, la meta está cerca y sólo en unidad lo lograremos .
Unidad o nada, debemos mantenernos unidos junto al 87% de nuestro país que hoy exige cambio en niveles constitucionales y pacíficos. Es momento de madurez, de concertación, de diálogo entre nosotros, de acuerdos y decisiones trascendentales que nos han de llevar, a la reconstrucción del país. Así que a estrecharnos de mano, y seguir enfocados en esa misión histórica que nos ha encomendado nuestro pueblo.
Ismael García
Diputado a la Asamblea Nacional
PJ-Unidad Democrática
@ismaelprogreso