En aumento se mantienen los casos de infartados y pacientes con Accidente Cerebro-Vasculares (ACV) en las salas de emergencia de los hospitales del estado. la mayoría de los afectados son personas con patologías crónicas como hipertensión y diabetes no controladas por la escasez de medicinas en las farmacias y ambulatorios del estado, reseña La Verdad de Vargas.
Iraida Marín, hija de una paciente de 78 años hospitalizada desde el domingo por un ACV, comenta que el centro carece de especialistas y medicinas suficientes para tratar patologías complejas.
“Los médicos que hay son residentes y trabajan con los pocos recursos que tienen. El hospital no cuenta con todas las condiciones para atender la cantidad de enfermos que llegan en busca de atención”.
Narra que cuando su madre llegó al nosocomio, la hospitalizaron en una cama de cuidados intermedios con monitores y mascarilla de oxígeno. “De repente, llegó otra emergencia y la cambiaron de cama para ponerle los equipos al otro paciente. No hay suficientes monitores ni tomas de oxígeno”.
Los médicos detallan que se mantienen limitados y de manos atadas ante la escasez. “Muchas veces los familiares piensan que tenemos responsabilidad al respecto, sin embargo trabajamos con lo que hay para resolver y salvarle la vida a la mayoría de los pacientes que llegan. La falta de insumos no es un invento de los médicos o de los pacientes; es lo que vivimos a diario”.
Explican que lo más difícil de hallar en el stock de medicinas son anticoagulantes, antiplaquetarios, estatinas y betabloqueantes para atender a los infartados.
Tampoco hay anticonvulsivantes para atender las epilepsias, convulsiones o daños neurológicos generados por enfermedades de base.