Actualmente el sector transporte presenta un “paro técnico” por déficit de busetas operativas, a lo cual se le trata de dar repuesta con un ajuste tarifario que pasó de Bs. 45 a 60, sin embargo, el verdadero problema radica en el desabastecimiento de autopartes, reseña La Verdad de Vargas.
“En el tronco principal solo contamos con 190 autobuses en circulación. Verdaderamente estamos en un paro técnico porque no tenemos cómo sacar los carros a trabajar. El Bloque hace grandes esfuerzos para conseguir lo cauchos en las fábricas, pero los precios son exorbitantes”, sostuvo Sergio Cárdenas, presidente del Bloque Unido de Transportistas de Vargas.
Dijo que el parque automotor estaba conformado por 3 mil buses activos a principios de 2015, pero esta cantidad disminuyó a 1.300 a finales de diciembre del mismo año, para atender una población de más de 400 mil habitantes.
Debido a las fallas en el abastecimiento de autopartes, el cual presenta un déficit de 80%, conlleva a que el servicio se declare en “emergencia”.
Aseguró que es muy temprano para decir que el aumento de Bs. 60 ha sido una solución contundente a la crisis, aunque el ajuste era necesario.
Asimismo, afirmó que la Proveeduría Socialista lleva más de dos meses que no les distribuye neumáticos, por lo que en un mes podría registrarse un colapso en el servicio.
“La situación es lamentable. El pasajero tiene que entender que con este aumento se va hacer lo posible por recuperar el parque automotor, pero mientras no se tengan claros los mecanismos va hacer difícil”.
Rutas troncales siguen en jaque
Los choferes indicaron que conseguir las piezas se convirtió en una verdadera odisea, y en un gasto que, en ocasiones, no puede soportar el bolsillo.
Said Berroteran, chofer de la Unión de Conductores Pueblo Nuevo-Cabrería en La Guaira, explicó que “de 16 jeeps que conforman la flota solo trabajan seis, ya que el resto está accidentado por repuestos, en su mayoría necesitan cauchos”.
La espera se ha vuelto costumbre
El déficit de buses se ha incrementado notablemente en los últimos tres meses, pues, sin importar la hora, las paradas permanecen repletas de pasajeros, los cuales se ven obligados a pagar grandes cantidades de dinero por un servicio de taxis u optan por irse caminando, quedando a merced de la inseguridad.
Los pasajeros manifestaron que prácticamente deben madrugar en las calles. Salen de sus hogares a tempranas horas, con la esperanza de conseguir poca afluencia de personas en las paradas terminales para llegar a tiempo a sus lugares de trabajo y así evitar ser amonestados, ya que han recibido regaños donde laboran.
“Tengo que madrugar o esperar entre cuatro y cinco horas para poder agarrar el bus. Siempre es el mismo problema porque llego retrasada. Después de las 6:00 am es una tortura estar en una parada, por lo que es preferible devolverse para no perder el tiempo y avisar en el trabajo para que no se preocupen”, señaló Dionisia Álvarez.
Marlene Hernández precisó que ya se ha vuelto cotidiano esperar mucho tiempo en las paradas. Asimismo, agregó que para que un autobús en La Soublette, en Catia la Mar, pase medianamente vacío puede llegar a tardar hasta una hora.
“Normalmente paso hasta dos horas esperando un carrito, si no viviera tan lejos, me iría caminando para la casa, pero corro el riesgo de que me atraquen. No hay carros para el centro y apenas como cinco buses piratas lo sacan a uno del barrio. La gente anda desesperada caminando de aquí para allá porque no hay transporte”.