Cuando nos acercamos al final de la jornada administrativa exigidas por las rectoras, personas indebidamente asignadas para el Consejo Nacional Electoral en Venezuela, para la realización del referéndum revocatorio este 26, 27 y 28 de octubre, no podemos dejar de referirnos a la multitudinaria concentración de la oposición del primero de septiembre, llamada “Toma de Caracas”.
No en vano han sido las críticas formuladas por valientes luchadores por la democracia venezolana fuera y dentro de terruño, cuando reclamaron a miembros de la Mesa de la Unidad Democrática el llamado a ausentarse a tempranas horas de la tarde al millón de voluntades espontaneas más numeroso conocido en tierras suramericanas este año.
Por razones estratégicas hasta ahora no explicadas convincentemente, se imponía ante el mundo libre una demostración pública de civismo ciudadano que demostrara el talante democrático de los adversarios a la actual administración política.
Sin duda las condiciones estaban dadas para ir más allá del discurso; acortar la distancia con el CNE para reclamar el abolicionismo.
Con un ejército en armas de mayoritaria vocación institucional y un pueblo frenético que reclama libertad, respeto a la vida, educación, pan, tierra, trabajo , medicinas, seguridad personal y jueces probos, unido al pluralismo ideológico y espiritual; están dadas las condiciones para realizar operaciones amparados bajo el artículo trescientos cincuenta de la Constitución el cual reza:“El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.
Continuar fiel a las leyes es la senda a seguir. Los ciudadanos de a pie enarbolan los principios democráticos que hoy ven están restringidos.
No existe en el venezolano ánimo guerrista alguno; pero cuando observan el atropello a la Constitución nacional se imponen corregir el entuerto ante el peligro que significa la pérdida de derechos y deberes estipulados.
Si leguleyos trasnochados objetan el carácter obligatorio expresado como deber para restituirlo por cualquier vía; a continuación les indico lo referido en el articulado trescientos treinta y tres: ”Esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.
La jornada de recolección de firmas equivalente al veinte por ciento del padrón electoral tiene atemorizados a los adláteres del gobierno, quienes no atinan a conseguir palabras que inhiban al pueblo asistir al edicto y se preparan partir en desbandada.
Los oficiales insisten en sabotear la llegada de firmantes al lugar designado, con la convicción de ser chavista el entorno al área física escogida.
Estos ilusos burócratas no quieren entender que más del ochenta porcentual de encuestados científicamente han manifestado estar a favor de la sustitución del actual del mandatario. Se repetirá el resultado abrumador correspondiente a la recolección del uno porcentual.
Donde llegan los chavistas-maduristas son rechazados; tales incondicionales no existe .
Solo bandas armadas asalariadas seguirán instrucciones, pero estos serán rechazados por el conglonerado unido; ello ha quedado demostrado exitosamente en jornadas por la libertad llevadas a cabo en diversas fechas.
Las bravuconadas son el último recurso de los asesinos y corruptos al mando.
Todos a firmar; no teman tal como lo expresó San Juan Pablo II en su visita pastoral a la isla de Cuba
Los agentes del comunismo saben que el revocatorio es inevitable y solo dependerá del votante su realización, reencuentro que sucederá este año.
Los connacionales están convencidos de continuar la senda legal; pero cualquier desatino conductor bien podrían llevarlos enardecido como están, a seguir locas heroicidades que podrían costar lamentables vidas humanas.
Loable ha sido la conducción de la dirigencia presente en La MUD. Estamos en la hora de la verdad; democracia sin regreso a la postergación pretendida por el tirano