Cada vez se ha hecho más frecuente el canje del bono alimentación (tarjeta) por dinero en efectivo en puntos de débito ubicados en establecimientos comerciales que responden a un “objeto social” muy distinto a la intermediación financiera. La inquietud sobre la legalidad del canje es objeto de discusión, reseñó SuNoticiero.
La expansión de este tipo de negocio se hace evidente en sectores populares como La Candelaria, Petare y Catia, entre otros. El crecimiento de esta clase de transacciones ha sido proporcional al aumento de la bonificación del salario que se expresa en el llamado “cesta ticket”.
Por disposición del Ejecutivo Nacional los trabajadores reciben Bs 42 mil para costear gastos de alimentación y medicinas, dinero que es depositado en las tarjetas que administran diversas compañías dedicadas a este ramo. Mientras el bono alimentación aumenta, el salario real disminuye y los requerimientos de dinero en efectivo son mayores debido al incremento constante del Índice de Precios al Consumidor (Inpc), cuya variación mensual y acumulada la maneja en silencio el Banco Central de Venezuela.
Pero en la calle, los caraqueños viven diariamente el ajuste mensual, semanal y hasta a veces diario de los precios de bienes y servicios, reseñó El Universal en su portal de noticias.
Andrés Mora, residente de La Candelaria y padre dos hijos en edad escolar justifica el canje del bono alimentación: “Me ha tocado cambiar las tarjetas de alimentación para pagar la matrícula del colegio, en vista de la crisis económica y de los bajos salarios, incluso para comprar algunos insumos del hogar por necesidad económica; también para cubrir algunos gastos de útiles escolares”.
Los trabajadores que han optado por el canje, confiesan que muchas veces sienten temor al realizar la operación porque en algunos casos los ambientes que hay en estos negocios recuerdan a las películas donde operan mafiosos en las trastiendas; sin embargo , señalan que la necesidad se impone “es una forma de ayudarme un poco, en cuanto es pública y notoria la situación actual del país en relación a que los salarios no están alcanzando lo suficiente, por lo que he tenido que dirigirme a ciertos locales que por el cobro de una tasa variable, me dan el dinero en efectivo, lo cual me permite cubrir algunas cosas que con el uso de la tarjeta no lo puedo hacer” señala Enrique Matute.
El Negocio es el interés
El beneficio de los comerciantes es recibir un determinado monto de dinero producto de la tasa de interés que apliquen por el canje del “cesta ticket”. Esta cifra puede variar entre 12 y 20%. Sin embargo, a los puntos de venta en establecimientos formales les “salió competencia” pues actualmente existen personas organizadas que cuentan con puntos inalámbricos para realizar las operaciones a domicilio, que cobran tasas menores de hasta 8%.
Consultamos al abogado penalista y experto en la prevención de legitimación de capitales y lavado de dinero, Alejandro Rebolledo, sobre la legalidad de estas transacciones y explica que “dichas acciones pudieran responder al microtráfico, la necesidad que tiene un actor que delinque de incorporar al sistema financiero una cierta cantidad de dinero; sin embargo, también evidencia el desconocimiento que tienen algunos bancos de sus clientes”.
Al revisar los requerimientos y el contrato que la banca realiza con los comerciantes al momento de instalar puntos de venta, destaca como fundamental notificar por escrito y de forma inmediata a las entidades cualquier cambio en el objeto social de los negocios.
El especialista advierte que esta actividad puede generar ilícitos, fraudes y estafas “son nuevas formas de lavado de dinero, las cuales suelen nacer en el sur, en nuestros países por ejemplo”.
Los testimonios indican que en los establecimientos que canjean el bono alimentación, también funcionan como “cajeros” para hacer avances de efectivo de tarjetas de crédito.
Pérdida acelerada del valor
En la Alianza Nacional de Usuarios y Consumidores (Anauco) aseguran que esta irregularidad responde principalmente a la pérdida acelerada del valor de la moneda local “la gente necesita tener mucho efectivo para poder pagar y a la vez el efectivo se ha convertido en un problema para los negocios y establecimientos donde tener grandes cantidades genera un problema de traslado y de seguridad, por eso se han distorsionado algunos métodos de pago, vemos a ciudadanos que necesitan tener efectivo y por lo tanto les conviene canjear el ‘cesta ticket’ y vemos comercios que prefieren tener el ‘cesta ticket’ abonado en sus cuentas y por eso se da el canje”, explicó Roberto León Parilli, presidente del gremio de consumidores.
Para Parilli en el país urge la necesidad de evaluar la funcionalidad del cono monetario y tomar medidas definitivas que controlen la inflación. “El cesta ticket es para canjearlo sólo por alimentos”, agrega.
Anauco también advierte sobre la importancia de actualizar los montos en efectivo que dispensan los cajeros automáticos pues indican que “acudir a un cajero ya se hace insuficiente porque el mismo no está preparado para dotar al ciudadano del efectivo que requiere para su consumo diario”.
Distorsión por controles se profundiza
Los economistas insisten en que la permanencia en el tiempo de los controles genera distorsiones cada vez mayores. La presidenta del Consejo Nacional del Comercio y los Servicios (Consecomercio), Cipriana Ramos, asegura que el creciente canje del bono alimentación por efectivo es otro ejemplo de estas distorsiones.
La vocera del gremio comercial confirma la existencia de un mercado negro de “cesta tickets”. Ramos refiere la adquisición de bolsas de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) como una situación modelo a la que se enfrentan los trabajadores que requieren dinero en efectivo. “No hay forma que todos los consejos comunales tengan puntos de venta y si ahora los Clap van a distribuir el 50% de los alimentos, la demanda de efectivo será mayor” reflexiona.
También se suma a la tesis que señala que cada vez es más urgente de la emisión de billetes de mayor denominación dada la alta inflación “el billete de Bs 100 no alcanza ni para un caramelo”, puntualizó.