Si la cara es el espejo del alma, ¿pueden las expresiones de nuestro rostro ayudarnos a elegir plan para las vacaciones? Un ‘software’de Expedia analiza automáticamente nuestros gestos mientras contemplamos impresionantes imágenes. No es el único caso: otros sistemas de reconocimiento facial también están aterrizando en el mundo del turismo. Traveler.es
La impresionante lava que emana del Kilauea, un volcán situado en Hawái, se encuentra con el mar. Un jeep recorre los senderos de una isla deshabitada, descubriendo a su paso una vegetación cada vez más exuberante. Un submarinista indaga en los secretos del Pacífico sumergiéndose en sus cristalinas aguas. ¿Hay una escena que haya hecho volar más tu imaginación o te haya hecho sonreír para tus adentros? ¿Por cuál estarías dispuesto a levantarte de la silla y coger un avión para vivir una experiencia única en la Polinesia?
Inspirar al potencial viajero para que se detenga contemplando un destino, como ese exótico paraíso, parece difícil en la actualidad, cuando podemos encontrar decenas de ofertas en la Red incluso si buscamos viajes en temporada baja. Más complejo aún es hacerlo de forma original y encima aprovechar esos minutos para que el viajero conteste esas preguntas con el fin de encontrar su experiencia ideal.
A Expedia Media Solutions, la división publicitaria de la famosa agencia de viajes, se le ha ocurrido una innovadora forma de conseguir todos esos objetivos al mismo tiempo. Acaba de lanzar una novedosa campaña: un sistema de reconocimiento facial analiza las reacciones de los internautas, como la sonrisa o el ceño fruncido, ante las potentes imágenes que te hemos descrito con el fin de descubrir qué desearía realmente hacer en su viaje por el archipiélago hawaiano. ¿Acaso la cara no es el espejo del alma?
SONRÍA, POR FAVOR
Discover your Aloha es el nombre de esta iniciativa online, encargada por la propiaAutoridad de Turismo de Hawái. Con la excusa de que aloha tiene distintas significados (puede ser un hola o un adiós, aunque también alude al más profundo concepto de afecto y respeto mutuo), la web nos anima a descubrir qué experiencias diferentes y únicas queremos vivir nosotros en las islas donde usan ese vocablo.
Para ello solo tenemos que encender nuestra webcam. Un software desarrollado para la ocasión detectará nuestro rostro, localizará nuestros rasgos automáticamente —76 puntos en concreto, como las comisuras de los labios o la punta de la nariz— y nos pedirá que sonríamos para analizar nuestras emociones mientras contemplamos ese apasionante vídeo. Así determinará si somos un pájaro, un pulpo o un cerdo y nos ofrecerá un itinerario personalizado en nuestro futuro viaje según lo que representan esos animales en la cultura hawaiana.
Además de utilizar un sistema de reconocimiento de emociones, Expedia ha utilizado drones, otra tecnología de moda, para rodar las escenas que nos zambullen en este paraíso natural. La propia compañía reconoce que ha querido innovar con este proyecto. Consideremos más o menos útil que un programa compare nuestra cara con otras 3.700para decirnos si nos gusta más hacer surf o montarnos en un helicóptero, lo cierto es que han conseguido repercusión gracias a esa iniciativa. Ahora bien, el marketing probablemente no será el único uso ni el más valioso del reconocimiento facial en el mundo de los viajes.
¿RECONOCIMIENTO FACIAL PARA VIAJAR?
En tu día a día, ya utilizas programas que reconocen los patrones de tu rostro. Los famososfiltros de Snapchat permiten que cambies tus ojos por cursis corazones gracias a una avanzada mezcla de realidad aumentada, visión artificial y machine learning. Ahora, además, las compañías turísticas pueden aprovecharse de sus nuevos geofiltros localizados para promocionarse poniendo su logo junto a tu jeta.
Otras empresas también intentan, al igual que Expedia, no solo detectar tus rasgos, sino conocer tus emociones para mejorar su negocio gracias a ellos. Emotient fue una de las primeras en entrenar un complejo algoritmo para identificar diferentes expresiones faciales extrayendo nada menos que 90.000 puntos de interés de cada frame en un vídeo.
Entre sus clientes se encontraba una compañía que usaba su tecnología para estudiar las reacciones de los clientes en sus tiendas, identificando el significado de sus expresiones faciales. Eso sí, Apple ha comprado Emotient recientemente sin especificar para qué usará esa tecnología.
Más cerca de casa, la empresa española Bismart presentó en el pasado Mobile World Congress su sistema de reconocimiento facial y de emociones. Teniendo en cuenta si estás triste, enfadado o eufórico, su aplicación es capaz de recomendar un plan de ocio. Esta compañía también pretende que la inteligencia artificial nos ayude a elegir entre las ofertas turísticas según nuestro estado anímico.
¿Tendrán todos los museos dentro de unos años cámaras para detectar cómo es exactamente el público que entra en ellos o en qué se fija? ¿Colocarán de una forma determinada las obras de arte según las expresiones de nuestro rostro?
Por el momento, ya hay algunos sistemas de reconocimiento facial que se han colado en la industria turística bajo una apariencia bastante más amigable. Hace dos años que Frog, un robot con dotes de guía turístico, se coló en el Real Alcázar de Sevilla. Además de contar la historia de este conjunto palaciego del siglo X, esta suerte de rana robótica interactúa con los visitantes, incluso detectando el aburrimiento en sus rostros para cambiar su tono de voz.
Más sofisticado aún es el comprensivo Pepper, el robot humanoide que se agotó en un minuto al salir a la venta en Japón. No en vano, su sistema de reconocimiento facial y de detección de emociones hacen que se le dé especialmente bien interactuar con nosotros. Este verano, el empático androide incluso se unió a la tripulación de una embarcación de Costa Cruceros para disfrutar de las vacaciones entreteniendo a sus pasajeros.