Lázaro Paz ha estado ocupado estos últimos días. Es curandero y a su pequeña tienda en Los Ángeles le llega gente con un pedido inusual: calmar el pánico por Donald Trump.
A tan solo tres días de la elección presidencial en Estados Unidos, los sondeos predicen que será sumamente cerrada. Un triunfo del magnate republicano es de hecho posible.
Eso tiene aterrorizado a muchos hispanos, incluido Guadalupe López, de 32 años y desde 2007 en Estados Unidos, adonde entró ilegal.
“Me casé y estoy en trámites para conseguir mis documentos. Entrando Trump se vendría todo abajo. Ese hombre no quiere a los latinos, la verdad, no quiere a nadie. Ese va a comenzar a deportarnos a todos”, asegura este mexicano que hoy trabaja en una planta de reciclaje.
Trump ha amenazado con deportar a 11 millones de indocumentados y construir un muro en la frontera sur, afirmando que los mexicanos son criminales y violadores.
“Ese señor no va a ganar”, dice Lázaro (34), que para calmar las angustias de sus clientes, como Guadalupe, hace un “despojo a través de oraciones”.
“Se reza a las personas para que recuperen su ‘voluntad’ [estado de ánimo]”, explica a a AFP en la pequeña oficina ubicada en la parte de atrás de su tienda, llena de velas e imágenes de la Santa Muerte, una de ellas en escala natural: el esqueleto y la daga negras, el vestido dorado y alrededor, una vela y una botella de cerveza “que le gusta”.
Además del despojo, les receta un té “compuesto por tres yerbas con el que duermen toda la noche y al día siguiente se levantan como si nada”.
– Velón “reversible” –
Hay 27,3 millones de latinos registrados para votar en Estados Unidos (12% del electorado) pero sólo unos 13 millones acudirían a las urnas. Si superan los 15 millones, su voto sería determinante.
La tienda de Lázaro está atiborrada de imágenes de santos y velones de todos los tipos. Por ejemplo, el curandero, que aprendió los ritos de sanación con su madre, le prendió a Trump uno negro y rojo dentro de un frasco de vidrio con la palabra “reversible” escrito en letras blancas –“para que se le devuelva todo lo malo que dice”– y a Clinton uno para “que se destranque el camino” al poder.
“Le hicieron brujería a la señora, esa tos que le dio, la atacaron, querían pararle el corazón. Yo le recé una oración”, dice en relación a la neumonía que la candidata padeció en septiembre.
Normalmente, la gente va a los curanderos por temas de prosperidad, amor, consuelo… La política es algo nada común. En las últimas semanas, entre 20 y 30 personas acudieron a Lázaro y otros muchos en Los Ángeles por la ansiedad que producen estas cerradas elecciones.
No es para menos, sólo en California hay dos de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos, la mayoría mexicanos.
Lázaro llegó de Puebla y Guadalupe de Guanajuato. Ambos cruzaron a pie la frontera –el primero por California, el otro por Arizona– caminando por días en el brutal desierto.
“Yo ya había ido adonde Lázaro, pero la elección está tan pareja que me dio miedo y lo consulté”, señala.
La ventaja de Clinton sobre Trump se redujo 3 puntos, el equivalente al margen de error, según un sondeo del diario The New York Times y la cadena CBS publicado el jueves.
Guadalupe dice estar más tranquilo -el té hizo su efecto-, pero la angustia está intacta por lo menos hasta el esperado 8 de noviembre electoral.
AFP