Karl Krispin: Entre redes te veas

Karl Krispin: Entre redes te veas

Me he preguntado muchas veces si en el partido de gobierno existe alguien con independencia de criterios que tenga la originalidad de responder en forma distinta al coro donde cantan. Porque todos opinan de manera consonante. La uniforme franela roja con los ojos del mesías. La postura idéntica de la manada. En la oposición sucede algo distinto: como el dogmatismo no priva ni nadie se entrena en la homologación de las palabras, cada miembro de la unidad lo hace a su aire y, en consecuencia, el disenso es lo común. La unidad se alimenta de la heterodoxia porque es afín a la discusión democrática. Las frases en el oficialismo son virales y reproducen sin alteración. Cada cual trata de imitar al fundador sin chistar. La condición de la unidad es que el otro, debe tener sus propias razones políticas pero hay una convivencia de todos porque la unidad es lo más preciado que se ha construido y debemos fortalecerla. Por eso el régimen se da a la tarea de querer destruirla. El socialismo no ha triunfado ni lo hará gracias a la resiliencia de la oposición con toda su diversidad. No piensan igual AD, VP, PJ o Bandera Roja. Ni los llamados guerreros del teclado, los opositores en pantuflas, fundamentalistas, anónimos o los conocidos en Twitter y las redes. Así es. Así debe seguir siendo.

He leído artículos recientes que muy beatamente quiebran lanzas contra las redes sociales y contra lo que alguno de ellos ha dado en llamar la “opinión pública”. Solicitan morigeración, cordura, templanza y piden que no se critique a los dirigentes opositores. Parecieran haber sido persuadidos por el rojorojismo de consensuar un dialecto común. Nada más disparatado. La opinión pública no se debe a los dirigentes: es completamente al revés. Si un político no interpreta a sus seguidores, mejor que se dedique a la filatelia o a la cría de canarios. Señalan que hay intemperancia y precipitación. ¿Cómo no la va a haber si acumulamos 17 años de desilusión, migración, separación de familias, polarización, destrucción del bolsillo. Soy un defensor de la MUD pero críticamente, no soy un borrego de la MUD y tenemos el derecho como opinión pública a exigirle a la MUD mayor inteligencia política para los tiempos de oprobio que se viven. Un proyecto político no se desarrolla sin la crítica. Esto parece sensibilizar a algunos opinadores. Que hay excesos. Por supuesto que los hay. Pero es preferible el exceso de crítica a la complacencia.

Todos quienes formamos la mayoría opositora debemos enorgullecernos de no pensar igual. No hay peor cosa que el unanimismo. Y por cierto un reproche adicional: todo venezolano tiene derecho a formular su propia idea de país. Viva en Venezuela o fuera. Quienes salieron son tan venezolanos como los que estamos aquí.

@kkrispin

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