Ayer cuando nos dispusimos a comentar las últimas en relación con los resultados de la mesa de conversaciones que sostenían los representantes de la oposición y del gobierno, no teníamos una información precisa sobre lo que se anunciaría al final de la noche o principios de la madrugada, según suponíamos; pero convencidos como estamos de que para el responsable del desastre en que nos ha metido el régimen lo que pasa es simplemente un “bonche”, muchos se acostaron sin hacerse mayor ilusión sobre los resultados.
Por Juan José Moreno A. / @JJMorenoA
Nos bastaba con escuchar la última perorata del salsoso Presidente, para vaticinar que nada podíamos esperar de la fulana mesa de diálogo, y que la mediación internacional tendría que irse por donde vino, sin los resultados que, quienes se ilusionaron con la gestión abrigan como única salida democrática a la crisis institucional que sacude al país de manera drástica, fue una de las tantas falsas ilusiones a las que nos pretende someter el régimen.
Porque muy normalito ve Maduro todo; al punto que –según expresó- de elecciones solo se hablaría en el 2018, es decir, no hay revocatorio, ni elecciones de gobernadores, ni elecciones generales para el 17 que valgan para él, y en eso estamos convencidos que no estarán de acuerdo nuestros representantes de la MUD, como más seguro que la inmensa mayoría de los venezolanos no están dispuestos a consentirlo, porque todos sabemos que la única manera de superar la actual situación es el cambio de Presidente y de todos sus cómplices del saqueo y empobrecimiento al que es conducido al país. A Maduro, quien afirma con el mismo cinismo con el que ha venido tratando todos los asuntos del Estado, que no le “obsesiona” la idea de luchar por la Presidencia de la República, “al contrario de la derecha”, lo que le importa –de acuerdo con sus destempladas afirmaciones- es combatir la guerra económica; esa que él y sus cómplice inventaron y que, si se le analiza desde el punto de vista que la evidente corrupción que ha generado en beneficio del grupete de sus allegados que se ocupan de la compra de bienes de consumo masivo en el exterior, lo que ha hecho es alimentar la feliz boliburguesía mientras sus seguidores, obnubilados algunos y comprados los otros, repiten el ridículo estribillo del “así, así es que se gobierna”
Ni elecciones, ni libertad para los presos políticos y del canal humanitario veremos qué pasa, porque está en juego el prestigio internacional del régimen, como si ya no fueran suficientes las desgarradoras imágenes que muestran ante el resto del mundo a ciudadanos de nuestro país rompiendo bolsas de basura en la calle para encontrar alimentos, así como miles de enfermos padeciendo por la falta de un medicamento o muriendo en los hospitales por falta de atención médica. Y quien no haya contemplado tan deprimente espectáculo que levante la mano.
Entonces no hay duda para nadie que el régimen se salió nuevamente con las suya en esta oportunidad; que lamentablemente habrá que darle la razón a quienes se atrevieron a predecir lo que no se deseaba que sucediera, como fue suspender el proceso iniciado para aplicar las medidas extremas pero institucionales que la Constitución de Venezuela contempla contra el Presidente, así como paralizar las acciones de presión en la calle que siempre tendrán la intención de mostrar al país la inconformidad y la exigencia por el rescate de derechos tan fundamentales como los de elegir, revocar y respeto a la dignidad humana contra el hambre, la represión y la tortura que aplican sin contemplación los cuerpos policiales del Estado contra gran parte de la población.
De manera que si eso es lo que quiere Maduro, de nuevo nos verá en los diferentes frentes de combate que nos garantiza la Constitución.
Democráticamente le diremos al régimen que no lo queremos,que lo responsabilizamos por todos los males que sufre la población, así como terminar de desenmascarar ante la comunidad internacional a quienes se muestran como demócratas solo porque mantienen el poder de seguir ofreciendo beneficios al grupito de países chulos de nuestra Latinoamérica y engrosando las arcas de los empresarios de países que como China y Rusia le traen las armas para la represión de un pueblo que, precisamente por su carácter pacífico, no las necesita para dilucidar sus conflictos internos. Por eso, mantengamos el ánico, que ahora es que debe comenzar lo bueno.
@JJMorenoA