El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, advirtió hoy de que si el nuevo acuerdo de paz con las FARC no se firma con rapidez “aumenta el riesgo de ruptura del alto el fuego” y de divisiones en la guerrilla.
EFE
En una entrevista publicada hoy por el diario francés “Le Monde”, Santos se limita a dar cuenta -sin decantarse por una o por otra- de las diferentes opciones que tendría, en caso de llegar a un nuevo acuerdo: firmarlo sin someterlo al voto popular, convocar un nuevo referéndum, dejar que fuera el Congreso el que lo aprobara o ponerlo en manos de los 1.122 concejos municipales del país.
“Decidiré cuando llegue el momento entre estas diferentes posibilidades”, explica antes de precisar que ahora lo que teme es que “los cálculos políticos y la campaña presidencial de 2018 vengan a complicar la renegociación del acuerdo y su aplicación”.
“Si el acuerdo no se firma rápidamente, si la incertidumbre dura, aumenta el riesgo de ruptura del cese el fuego y de divisiones de las FARC”, añade.
A ese respecto, hace notar que desde que entró en vigor el cese el fuego “no ha habido un solo muerte, ni un solo incidente. Pero la situación sigue siendo frágil”.
Santos reconoce su responsabilidad en el rechazo del primer acuerdo que negoció su Gobierno con la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en el referéndum del pasado 2 de octubre, ya que “no se explicó suficientemente o se explicó mal”.
“No entendí hasta qué punto era necesaria esta pedagogía. La estrategia de mis adversarios, que utilizaron argumentos de campaña que nada tenían que ver con la paz, fue eficaz”, y eso incluido cuando “algunos utilizaron deliberadamente la mentira”, lamenta.
El jefe del Estado cuenta que no esperaba el rechazo del referéndum y que en principio tuvo un “choque”, pero la misma noche entendió que “la victoria del ‘no’ podía ofrecernos la oportunidad única de unir el país” y por eso convocó a los detractores del primer texto consensuado con la guerrilla.
Un diálogo en el que asegura que para su Gobierno “la única línea roja es la del retorno de la guerra. No lo permitiré”.
Preguntado por la actitud conciliadora de las FARC tras el referéndum, estima que “los guerrilleros, como el Gobierno, han entendido el mensaje del 2 de octubre”, y que aunque el primero era “un excelente acuerdo”, “es perfectible” y por eso ahora “la idea es llegar a el consenso más amplio posible”.
En cuanto a los desafíos que tendrá su sucesor en la presidencia de Colombia tras las elecciones de 2018 para aplicar el proceso de paz, insiste en que “la polarización entre partidarios del acuerdo de paz y sus detractores va a cesar cuando la gente va a ver y a vivir los beneficios de la paz, cuando puedan desplazarse sin temor en todo el país”.
Sobre las negociaciones con el Ejército de Liberación Nacional (ELN), Santos precisa que las negociaciones se han aplazado hasta que esta guerrilla libere a todos los rehenes, algo a lo que se había comprometido sin cumplirlo.
“A diferencia de las FARC, muy jerarquizadas, el ELN es una organización muy horizontal y eso hace el diálogo muy difícil”, dice.