Los cristianos católicos celebraremos el próximo Domingo, 20. de Noviembre la festividad de “Jesucristo, Rey del universo”.
Nosotros, los venezolanos lo haremos por partida doble, porque justo un día antes, el 19. de Noviembre será investido con el capello de príncipe de la Iglesia un sacerdote venezolano eminente: Baltazar Enrique Cardenal Porras Cardozo.
El Cardenal Porras será, después de este consistorio el primer Arzobispo metropolitano en la historia de la Arquidiócesis de Mérida que goza de la honra del título cardenalicio. El Capello le será impuesto en Roma por el Santo Padre, nuestro amado y venerado Papa Francisco.
Así que, muy buen comienzo del ano litúrgico para la Iglesia universal, para la iglesia venezolana y por supuesto para la iglesia de Mérida.
Ahora bien, qué entendemos los cristianos católicos por calendario o ano litúrgico y cómo diferenciamos los diferentes tiempos durante ese ano?
Con la festividad de Cristo Rey culminará la próxima semana éste ano litúrgico del „Ciclo C“. Y dentro de dos semanas, el 27. De Noviembre estaremos celebrando el primer Domingo de Adviento. Con ello comenzaremos un nuevo tiempo litúrgico que, además estrenará un nuevo ciclo llamado „Ciclo A“.
El ano litúrgico católico es tambien conocido como „Calendario de la Iglesia“ y comienza entre el 27. de Noviembre y el 03. de diciembre de cada ano.
El ano litúrgico no debe ser confundico con el ano del almanaque o calendario oficial que está clasificado en 12 meses y que comienza el 01. de enero y culmina el 31. de Diciembre.
El ano litúrgico enmarca todos los misterios de la vida de nuestro Senor Jesucristo y las celebraciones de la iglesia en tres diferentes ciclos y en cinco diferentes tiempos.
Tánto los ciclos como los tiempos litúrgicos comienzan con la preparación de los cristianos para la celebración del nacimiento del Senor y culminan con su proclamación como rey el universo el 34. domingo Ordinario.
Entre la festividad del primer Domingo de Adviento y la festividad de „Jesucristo, Rey del Universo“ transcurre un ano litúrgico.
Los cinco tiempos del ano litúrgico (Adviento, Navidad, Cuaresma, Páscua y Tiempo Ordinario) se repiten en los tres ciclos (A,B y C).
En estos tres ciclos se resume también el contenido bíblico del Antíguo y Nuevo testamento, leídos durantes esos 1.095 días en todas las Parroquias del mundo.
Dentro de los cinco tiempos festivos del ano litúrgico se celebran, además las muchas y diferentes solemnidades y ceremonias del Santoral cristiano, las cuales son ricas en contenido bíblico, histórico y cultural.
El Adviento es un tiempo penitencial que comienza cuatro semanas antes de la festividad del nacimiento de nuestro Senor Jesucristo.
El término Adviento deriva del griego „epifanía“ y significa venida o advenimiento. El tiempo de Adviento se extiende entre 22 y 28 días, abarcando siempre cuatro Domingos y culminando justo antes de la celebración de la Misa de Nochebuena.
La Navidad es la festividad del nacimiento de nuestro Senor Jesucristo el día 25. de Diciembre, cuya celebración litúrgica comienza con la solemnidad de la „Nochebuena“ del 24. de Diciembre.
Durante la Navidad se celebra también la festividad de la sagrada Familia „Jesús, María y José“, el día 28 de Diciembre. Si no coincide un Domingo entre el 24. y el 31. de Diciembre para la celebración de la sagrada Familia entonces se celebra esta festividad el día 30. de Diciembre.
El día 01. de Enero se celebra, todavía enmarcada en el tiempo navideno la solemnidad de „Santa María, Madre de Dios“.
El tiempo de Navidad culmina el día 06. de Enero con la solemnidad de la Epifanía o manifestación del Senor, mejor conocida popularmente como la „Fiesta de los Reyes Magos“.
El tiempo de Cuaresma es llamado tambien „Tiempo de penitencia pascual“ y comienza el día miércoles de ceniza. Este tiempo se extiende durante cuarenta días que simbolizan los cuarenta días de ayuno de nuestro Senor en el desierto como preparación de la santa Páscua.
La cuaresma es un tiempo de ayuno y penitencia, especialmente para jóvenes y adultos. A ello no están obligados los ninos y tampoco los ancianos o enfermos. Durante esos cuarenta días penitenciales no se cuentan los cinco domingos ya que el Domingo es el día de la Resurrección del Senor y por tanto no es día de penitencia.
Dentro de la Cuaresma se celebra la „Semana Santa para conmemorar los misterios de la Pasión, Muerte y Resurreción del Senor (Jueves, Viernes y Sábado Santo).
La Semana Santa comienza el Domingo de Ramos con la entrada triunfante delSenor en Jerusalem y culmina el Domingo posterior con su resurrección triunfante de entre los muertos. Cristo es la Resurrección y la Vida.
La Páscua o tiempo pascual comienza con la vigilia de la noche del Sábado Santo. Esa noche se celebra y anuncia al mundo la triunfante resurrección de Jesucristo, el Senor. Esta festividad de Vigilia pascual es movible y puede celebrarse entre el 22 de Marzo y el 25 de Abril.
El tiempo que la iglesia llama „Tiempo ordinario“ es aquel en el que la litúrgia no está enmarcada entre las solemnidades de Navidad y Páscua y tampoco en sus tiempos preparatorios, Adviento y Cuaresma.
El tiempo Ordinario se enmarca, primeramente entre la semana posterior al bautismo del Senor hasta el Martes anterior al Miércoles de Ceniza y después, nuevamente entre el lunes posterior a Pentecostés y la víspera del primer Domingo de Adviento.
La Iglesia ha determinado que el color de los hornamentos o vestimentas sagradas de los sacerdotes y ministros consagrados varíe durante el ano litúrgico de acuerdo al tiempo festivo para simbolizar así el contenido de las solemnidades cristianas
El color Morado, (no el color lila) es el color de la penitencia y de la conversión. El color morado se lleva durante los tiempos de cuaresma y Adviento. Igualmente durante la administración de los sacramentos de la confesión y la unción de los enfermos. Asimismo en la celebración de excequias.
El Blanco, es el color de la pureza, de la luz y de la alegría y se lleva en las vestimentas sagradas durante las festividades de „Jesucristo, rey del universo“, el día de la Navidad y en la celebración de la Páscua de resurrección.
Igualmente se usan los ornamentos de color blanco en las solemnidades del Jueves Santo, del Corpus Christi, en las conmemoraciones de la santísima Virgen María, en la festividad de todos los santos y en la administración de los sacramentos del Bautismo, la primera comunión y el matrimonio.
El Rojo, es el color de la sangle derramada por nuestro Senor Jesucristo, redentor de la humanidad y por los mártires cristianos. Pero tambien es el clor del fuego del Espíritu Santo.
Los ministros sagrados se revisten de color rojo el viernes santo, día en el que padeció, fue crucificado y murió nuestro Senor, el día del nacimiento de la Iglesia del Senor (Pentecostés) y en la conmemoración de los mártires, como por ejemplo San Pedro y San Pablo, entre muchos.
El rojo es el color de revestimiento para la administración del sacramento de la confirmación.
El Verde, es el color de todos los días. Es el color de la esperanza y de la vida por el cricimiento en la fe. El verde es el color con el que se revisten los ministros del altar durante el tiempo ordinario, tanto los Domingos como durante los días de semana.
El color Negro simboliza, al igual que el morado el luto y dolor durante los sepelios (excequias) o durante la celebración de la Santa Misa por los difuntos.
Queridas hermanas y hermanos, preparemos pues nuestros corazones y nuestras vidas para celebrar con fe el próximo Domingo a „Jesucristo como Rey del Universo“, para comenzar el Adviento y para agradecerle por concederle a Venezuela un nuevo representante ante la Iglesia universal con la creación de éste consistorio y la nominación del Cardenal Baltazar Porras. Amén.