Ha transcurrido más de una semana desde que los pusilánimes y medrosos negociadores de la oposición bajo la batuta del Vaticano, del chavista Zapatero, del madurista Samper y demás traidorcillos se reunieron por primera vez con el gobierno y nada que ver. Ni Maduro ha renunciado. Ni han nombrado el nuevo Tribunal Supremo de Justicia. Tampoco ha aparecido la partida de nacimiento del colombiano y mucho menos ha sido condenado política y administrativamente el ciudadano Nicolás Maduro Moros. Las comadres del CNE siguen mandando más que una pila atómica. No hay fecha para las obligatorias y constitucionales elecciones de gobernadores. No hay fecha para el referéndum revocatorio. Ni pensar en adelanto de elecciones presidenciales. No hay nada sobre alcaldías. Y de vaina hay elecciones para Miss Venezuela. Padrino no ha hablado más y cuando lo hace termina con la frase “Chávez vive. La patria sigue”. La inflación no ha sido abatida, sigue creciendo. El desabastecimiento de alimentos y medicinas empeora cada día. Se consigue algo con precios dolarizados a mercado negro. Los diputados de Amazonas se desincorporaron dizque para facilitar los acuerdos, una inequívoca señal de derrota, retroceso y claudicación. Los presos políticos, ahora llamados detenidos, siguen encanados. Maduro y el TSJ siguen decretando leyes al por mayor y dictando sentencias aborrecibles. Un día de estos les prohibirán a los diputados de la Asamblea Nacional el uso de sus esfínteres sin aprobación previa de la Sala Constitucional.
Estamos aplastados por el poder absoluto del monarca. Una semana y nada. Debo recordarle al nuncio católico, al enviado del Papa, a los cardenales venezolanos, obispos, curas, arzobispos, diáconos, seminaristas y demás miembros de esa organización que Dios creó el mundo en 7 días y estos mapletos de la oposición no han logrado nada en un lapso similar. Por lo tanto, le pido a María Corina Machado y a Diego Arria que funden un nuevo partido político para inscribirme de una buena vez, eso es dándole. Vamos a recordar y comparar.
El primer día Dios creó la noche y el día, y la oposición ¿qué hizo el primer día? Nada de nada. Sentarse como colegiales. El segundo: cielo y mar, y los opositores, niente. El tercer día: las plantas. El cuarto: el Sol y la Luna, y la oposición viendo el dedo que señala la Luna. El quinto: peces y aves. La oposición quedó como un pájaro bobo. El sexto: animales y humanos. El último día descansó para ver su obra. Fue un día de revisión y auditoría. Y la oposición… siguió descansando. Comparado con Dios, los 7 días opositores son nada. Una pérdida de tiempo. Soy ahora de los que quieren que se incendie la pradera. Quiero ver cacerolas de aceite hirviendo con cabezas gobierneras flotando. Quiero miles y miles de chavistas esposados y presos en todos los campos deportivos de beisbol y fútbol. Los quiero llenos. Quiero una manifestación de 5 millones caminando hacia Miraflores y ver huyendo al presidente y a todo el Consejo de Ministros. Y quiero que eso pase rápido. Quiero que Margaret Thatcher, Golda Meir, Indira Gandhi y la Merkel le pasen toda su sabiduría a nuestra Juana de Arco. Que el espíritu militar de Flora Sandes de la Primera Guerra Mundial y Roza Yegorovna de la Segunda Guerra Mundial orienten sus pasos y afinen su puntería.
Basta de titubeos, oscilaciones y debilidades. Es hora de verdadero machos y verdaderas hembras. Nuestros patriotas que viven en Miami son el ejemplo. Yo también quiero vivir en Miami. Y ese palabreo se lo repiten unos radicales a otros. Y estos otros se los regresan aumentados de odio y de promesas cada vez más salvajes y atolondradas. Hilos de baba vengativa salen de las fauces de los radicales anónimos. Mientras tanto leyendo a Vincenc Fisas, un filósofo catalán, director de la Escuela de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona y el experto más avezado y ducho en materia de negociaciones, quien ha escrito unos cuantos artículos y documentos y recetarios sobre la materia, relacionados con procesos de paz que me gustaría fueran leídos por mis compañeros del radicalismo atroz, pude evidenciar la inmediatez necia, la crítica malsana, la conducta errónea y la visión política sesgada, obtusa y demencial de unos cuantos chamanes del Twitter y paleros de las redes. La Escuela de la Cultura de la Paz es un centro de investigación sobre la paz, conflictos y derechos humanos. Quizás el más importante del mundo, fue creado por la Unesco. Especialista en procesos de paz como los que se intentan en Venezuela, conflictos armados, situaciones de tensión sociopolítica como en Venezuela, educación para la paz que le hace falta a Venezuela, derechos humanos, ideal para Venezuela, y justicia transicional, precisamente ideal para Venezuela. Además han trabajado con crisis humanitarias, paz posbélica, procesos de desmovilización.
Se trata entonces de un instituto que mediante el análisis y la práctica ayuda a la transformación pacífica de los conflictos y la consecución de la paz. Don Vincenc Fisas analizó los procesos de paz en El Salvador, Guatemala, Irlanda del Norte, Suráfrica, Tayikistán, Sierra Leona, Sudán del Sur, Burundi, Indonesia (Aceh), Nepal y Colombia. El lapso de estudio fue de 1984 hasta 2016. La mayoría han tenido mediaciones (como en Venezuela), y sus procesos han tardado desde el más corto, 4 años en Nepal, hasta los 21 años en Irlanda. (Y la parranda de radicales necios, inoportunos y atorados querían que en nuestro caso todo se hubiese resuelto en una semana, 7 días. Tal como lo señalé, solo Dios es capaz de hacerlo en tan corto tiempo).
En esos once procesos de diálogo, negociación y acuerdos cuatro han sido por la democratización del país, cuatro por el reparto del poder político y los últimos tres por el autogobierno. En dos procesos (Guatemala y Suráfrica) hubo amplia participación social. En todos los casos privó la amnistía de los enfrentados y en algunos casos se crearon comisiones de la verdad. Todos los grupos políticos que lucharon y se enfrentaron acabaron ocupando puestos de responsabilidad en los nuevos gobiernos surgidos por los acuerdos de paz (lo que llamamos en Avanzada Progresista gobierno de unidad nacional).
Los motivos para entrar al diálogo, la negociación y los acuerdos fueron siempre el cansancio de la guerra y el deseo de paz de la población. En El Salvador y Guatemala fue decisivo el contexto regional favorable (Grupo de Contadora), igual que en Tayikistán. En Guatemala influyó la celebración de elecciones presidenciales. En Irlanda del Norte y Suráfrica privó lo económico. En Suráfrica también la presión externa. En Angola, sur de Sudán y Burundi la crisis humanitaria fue determinante. En Nepal, las manifestaciones populares. En Colombia, lo prolongado del conflicto armado y la calidad de los facilitadores.
Veamos algunos datos. El proceso de El Salvador tardó 10 años y buscaba la democratización del poder. El de Guatemala, 11 años. Democratización del poder. En ambos participó activamente la ONU. Irlanda del Norte, 21 años. Autogobierno. Angola, 14 años. Auparon Portugal, Rusia y Estados Unidos. Reparto del poder político. Sudáfrica, 5 años. Democratización del poder. Colombia, 5 años. Facilitación de Cuba y Venezuela. Procesos de paz. Tayikistán, 5 años. Facilitación de la ONU. Reparto del poder político. Sierra Leona, 8 años. ONU. Reparto del poder político. Sur de Sudán, 7 años. Autogobierno. Facilitación del IGAD. Burundi, 10 años. Actuaron Tanzania y Sudáfrica. Reparto del poder político. Indonesia (ACEH), 5 años. Facilitación de Finlandia. Autogobierno. Nepal, 4 años. Democratización. Hay procesos que no fueron examinados por el profesor Fisas pero se repiten, en general, los promedios de tiempo de las negociaciones y los objetivos de las mismas.
Esta es la realidad histórica. La experiencia mundial. Los procesos verdaderos. La realidad cruda. Todo lo demás es demagogia. Provocación. Proselitismo del barato. Amenazas bufas y promesas vacías. Valentonadas hechas desde un rincón. Bravatas de pandilleros. Que lástima que existan tantos dirigentes políticos opositores esclavos de las redes (anti)sociales. Cuatro pelagatos agitando en pro de un enfrentamiento sangriento (con la sangre de otro).
Notas necesarias.
1 Todos los datos de países, tiempos, facilitadores, objetivos son tomados libremente de los trabajos del profesor Fisas
2 Este artículo es una paradoja a ratos y una metáfora a veces, relacionada con los radicales que critican el proceso de diálogo sin mayor conocimiento de la historia de procesos similares y seguramente obedeciendo intereses particulares, mezquinos y quizás pecuniarios.
3 Sentarse en una mesa de diálogo, negociaciones y acuerdos no impide ni niega la protesta popular pacífica, por el contrario, se complementan.
4 La mejor manera de llevar un proceso de diálogo, negociaciones y acuerdos es precisamente confrontando posiciones. Un proceso de equilibrio entre lo que se alcanza y lo que se cede. Toma su tiempo.
5 Por supuesto que los facilitadores actuales y los venideros deben fijar muy bien la hoja de ruta que se fundamenta en objetivos en el tiempo y en el espacio. Toda reunión plenaria debe producir un resultado.
6 Pero, por favor, los negociadores deben ser buenos negociadores. Inteligencia, sagacidad, visión de conjunto y de largo plazo. Ese es un arte muy fino. Delicado. Y hasta podríamos decir que tiene ribetes de ciencia. Un mal negociador pierde lo que tiene y no conquista nada. Un buen negociador suelta poco y agarra mucho. No podemos alegar en nuestro favor nuestra ignorancia o torpeza.
7 En todos los procesos descritos se protegió la paz y se fortaleció la democracia.
8 En aquellos países donde no hay negociaciones simplemente hay guerra: Siria, Afganistán, Ankara, Yemen, Kurdistán. Es simple, o hay procesos de paz o hay procesos de guerra.
9 La presencia del Vaticano y de Unasur, y la posible invitación a la OEA, a la ONU y al Parlamento Europeo protegen el proceso venezolano y brindan un blindaje cierto contra los francotiradores del radicalismo. Si uno de dos participantes se divide, a los efectos de las negociaciones pierde claramente en materia nacional y a los ojos del mundo.
10 Quien abandone la Mesa de Diálogo y Negociaciones perderá inexorablemente posiciones políticas y apoyo popular.