Costa Rica amaneció hoy con nubosidad y lluvias en la mayor parte del país, así como con fuertes ráfagas de viento y mar picado en el Caribe, unas horas antes de la llegada a la costa del ojo del huracán Otto. EFE
Las lluvias y el viento se han incrementado en el Caribe, la zona norte y sur de Costa Rica, mientras en el centro del país, donde se encuentra la capital San José hay mucha nubosidad y lloviznas, como parte de los efectos de las bandas nubosas del huracán.
“Los efectos ya están sintiéndose, lo principal es mantener la tranquilidad y seguir monitoreando los medios y la información de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE)”, dijo a los periodistas el presidente del país, Luis Guillermo Solís, antes de iniciar una reunión con las instituciones encargadas de atender la emergencia.
El mandatario insistió a la población para que se aleje de los ríos y zonas en riesgo de deslizamientos, que mantengan despejadas las carreteras en zonas en alerta roja y que las familias permanezcan unidas en la medida de lo posible.
El Gobierno asegura que las instituciones están trabajando con seriedad en esta emergencia y además emitió una petición a las empresas privadas para que no convoquen a sus trabajadores hoy y mañana, o que les permitan salir antes, especialmente en las zonas de más riesgo.
El último reporte del Instituto Meteorológico Nacional (IMN) indica que el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos confirmó que Otto tiene vientos de 165 kilómetros por hora y se ha convertido en huracán de categoría 2.
El fenómeno se encuentra a 150 kilómetros al este de Limón (Caribe) e impactará tierra en la costa caribeña antes del medio día de hoy (18:00 GMT) entre Bluefields (Nicaragua) e Isla Calero (Costa Rica), según el IMN.
Otto atravesará Costa Rica y Nicaragua durante un periodo de entre 24 y 36 horas y luego saldrá al Pacífico en forma de tormenta tropical, señala el pronóstico.
Costa Rica mantiene en alerta roja el Caribe, la zona norte y toda la provincia de Puntarenas (Pacífico central y sur), y alerta amarilla para el resto del país en el centro y la provincia de Guanacaste (Pacífico norte).
El presidente Solís decretó la noche del miércoles emergencia nacional con el fin de agilizar el uso de recursos humanos, técnicos y económicos para la atención de la emergencia.
Las clases en todo el país están suspendidas, incluidas las universidades privadas, y el Gobierno ordenó el cierre de todas las instituciones públicas, con excepción de las de primera atención de la emergencia.
Los datos de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) indican que hay 214 comunidades afectadas por las lluvias desde el fin de semana pasado, 21 de ellas aisladas; 1.183 viviendas dañadas por inundaciones en el sur y el Caribe, 32 tramos de carretera y dos diques con desperfectos.
Se han habilitado hasta el momento 18 albergues en los que se encuentran 1.335 personas.
Las autoridades policiales lograron con éxito la evacuación de la zona de primer impacto del huracán en el Caribe norte del país, en las comunidades de Isla Calero, Barra de Parismina, Barra del Colorado, Tortuguero y Pacuare, en las cuales habitan cerca de 4.000 personas.