Luis Izquiel: Delitos por hambre

Luis Izquiel: Delitos por hambre

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Cada vez se hace más frecuente la detención de personas por hurtar un pedazo de queso, unos plátanos, unas auyamas o cualquier otra pequeña cantidad de alimento. En las redes sociales circulan varias imágenes de esta realidad. La catástrofe económica del gobierno de Nicolás Maduro está lanzando con rapidez a muchísimas personas hacia la pobreza, la indigencia y la consecuente desesperación. El hambre está causando estragos en Venezuela.

Por Luis Izquiel / @luisizquiel





Hurtar una cantidad de alimento, por más insignificante que sea, es un delito. El artículo 451 del Código Penal establece el denominado hurto mínimo, es decir, aquel que recae sobre una cosa de valor menor a una Unidad Tributaria. La sancion para este hecho punible es de 3 a 6 meses de prisión. Por su parte, el artículo 454 prevé el hurto mínimo campestre (sancionado con multa), que es aquel que comete el que se apropia de los frutos de un fundo o campo ajeno. Sin embargo, un gobierno verdaderamente humanista debería tratar estos hechos más como un problema social que criminal. Si no se atacan a fondo las causas de la miseria que está arropando a Venezuela, de nada servirá apresar a todos los que hoy están cometiendo delitos por hambre, ya que siempre surgirán más.

Aunque pueda ser jurídicamente correcto, desde el punto de vista moral resulta paradójico que un gobierno que ha permitido que los corruptos saqueen impunemente cientos de miles de millones de dólares de las arcas públicas, o que ha dejado que el narcotráfico utilice a sus anchas nuestros puertos y aeropuertos para exportar toneladas de droga, ordene ahora a sus cuerpos de seguridad la captura de personas que cometen delitos por el hambre que ellos mismos han generado desde el poder.

Lo peor de esta situación social es que las perspectivas para el futuro próximo no son halagadoras. El grueso de los economistas afirma que en 2017 la inflación y la escasez se agravaran. Los compromisos de pago por la deuda en dolares que nos dejó “El Gigante” serán aún mayores el año que viene (con grave riesgo de default). Si no se produce un cambio político y de modelo pronto, el hambre seguirá causando estragos en la población y los delitos por esta razón se multiplicarán. Cada día más personas lanzadas a la inopia se debatirán entre hurgar en la basura en busca de alimentos o transgredir la ley para poder comer.

La supuesta revolución que hace casi 18 años llegó al poder con la bandera de erradicar la pobreza, terminó generando la peor ola de hambre y miseria en la historia contemporánea de Venezuela.

Twitter: @luisizquiel