Banderillas negras (I), por Leonardo Morales

Banderillas negras (I), por Leonardo Morales

thumbnailleonardomoralesEntramos en el último mes del año por lo que bien vale la pena comenzar con la correspondiente evaluación de logros y fracasos políticos, especialmente los gubernamentales.

Si hubiera que comparar el desempeño gubernamental del gobierno con una tarde taurina habría que afirmar que el gobierno salió castigado con banderillas negras. Ello es así visto partir de lo señalado en el Plan Socialista o Plan de la Patria, 2013-2019, pasando por las opiniones de voceros gubernamentales que intentan persuadirnos que este desastre es en verdad un paraíso que nos negamos apreciar.

Primer par de banderillas.





El Plan de la Patria, rimbombantemente anunciado y publicitado, indica que Venezuela viviría un crecimiento promedio anual que oscilaría el 3 entre y 4 por ciento. Pues bien, el gobierno ya no esconde su fracaso y se estima que el PIB al finalizar el año pudiera ubicarse en -8%, lo que dista enormemente del Plan-guía de Maduro y sus expertos economistas.

El gobierno y su plan socialista ni siquiera se planteó bajar de dos dígitos el índice inflacionario, de hecho, se conformaba con mantenerlo en 20%. No solo fracasaron en el intento, sino que al día de hoy las cifras de inflación nos colocan casi en primer lugar con la más alta. Los más conservadores estiman que al cierre del año la inflación pudiera estar en el 422%, mientras que otras opiniones nos acercan a los 4 dígitos.

Otra meta establecida de especial importancia para el país tiene que ver con la producción petrolera la cual estimaban elevar para el 2019 a 6 millones de barriles diarios. La verdad es que la producción de petróleo ha venido bajando, confirmándose para algunos especialistas que “los campos petroleros en Venezuela declinan a una tasa de 20% anual” Al día de hoy el gobierno venezolano está más interesado en una recuperación de los precios del crudo para fortalecer su cultura rentística que en aumentar la producción real y la potencial del país.

El actual recorte de la OPEP en la producción de crudo puede significar una mejora en los precios, sin embargo, habría que esperar sí estos superan los 60$ por barril, 20$ por encima del precio del crudo venezolano que está cercano a los 40$, y si efectivamente el compromiso de la reducción se cumple.

Segundo par

Los indicadores anteriores son determinantes en la crisis que ser percibe en otros sectores. El gobierno, con redoblantes de fondo, se ha cansado de anunciar la soberanía alimentaria.

La realidad es inocultable; la destrucción del aparato productivo nacional como consecuencia del intervencionismo y las expropiaciones, ha hecho necesario a la importación de bienes alimenticios del exterior -todo cuanto se consume se importa- por lo que una renta petrolera alta, que ya no existe, resulta indispensable para asegurar la alimentación nacional.

Como quiera que ahora la renta petrolera es baja los anaqueles de los comercios se observan vacíos de bienes esenciales, en razón de lo cual el Plan de la Patria fracasa en el intento de uno de sus objetivos: “Lograr la soberanía alimentaria para garantizar el sagrado derecho a la alimentación de nuestro pueblo.”

De allí que todos y cada uno de los puntos establecidos en los objetivos estratégicos y generales no sean más que un conjunto de deseos incumplidos y demostrativos del monumental fracaso que en esa materia evidencia el gobierno de Maduro

Sus consecuencias son obvias: aumento de la pobreza, débil y mala alimentación del venezolano, además de la reaparición vergonzosa de venezolanos persiguiendo bolsas de basura para buscar restos de comida.

La próxima semana con nuevas banderillas

@LeoMoralesP