“Si el Gobierno no cumple perentoriamente, la mesa de diálogo puede pasar a ser el peor enemigo del pueblo. Por lo tanto no tiene ningún sentido que nuestros compañeros sigan allí”, destacó el presidente de Copei.
Nota de prensa
El presidente de Copei Roberto Enríquez dijo ser un firme creyente en el diálogo como forma de resolver diferencias: “el diálogo no solo es una estrategia sino también un objetivo: construir una sociedad dialogante. Pero lo que está pasando en Venezuela con el llamado diálogo es una burla y un irrespeto al pueblo venezolano. Se anuncian acuerdos que luego no se cumplen; el Gobierno no cumple y sigue ganando tiempo y destruyendo al país”.
“Tengo serias reservas con la posición de algunos dirigentes que dicen que no se sientan en la mesa de diálogo hasta que el Gobierno cumpla. Creo que esa es la peor y más peligrosa de las posiciones. Deja al país en un limbo y le da al Gobierno todo el margen de maniobra para seguir desgastando y avanzando en sus violaciones a la Constitución”. Destacó el presidente de Copei.
Enríquez destacó: “Estimo que el dilema es el siguiente: si el Gobierno cumple, pasamos a otras etapas del proceso de diálogo para poder avanzar en la restitución de la Constitución y la libertad de todos los presos políticos. Si el Gobierno no cumple es evidente que no hay dialogo y los compañeros que representan a la MUD no hacen nada allí; toca entonces hablarle claro al país y reorientar la estrategia de lucha. Pero quedar en un punto muerto, en una expectativa incierta sin fecha de caducidad para honrar los compromisos adquiridos es la peor de las opciones, la más dañina para el país”.
“Me siento en el deber de alertar que quedar a la espera indeterminada de que el gobierno cumpla es caer en su trampa, en su macabra telaraña de maniobras. Es preferible salirse de esa inercia e ir al debate en la arena pública, la movilización popular, la iniciativa parlamentaria y recuperar solidaridades en la comunidad internacional”, Destacó el dirigente socialcristiano.
“Si el Gobierno no cumple, la mesa de dialogo puede pasar a ser el peor enemigo de un pueblo que merece un destino mejor. Maduro ha abandonado sus responsabilidades constitucionales cumpliendo los extremos para activar el artículo 233 de la Constitución; la Asamblea Nacional tiene esa carta en la mano. Declarar el abandono del cargo a Maduro tendría unos efectos internacionales significativos y recolocaría las coordenadas de lucha en una posición mucho más favorable para la Unidad”, concluyó Roberto Enríquez