Ante la oscuridad absoluta en la que se encuentra las principales calles y avenidas de Maracaibo, el día 2 de diciembre acudimos a la Defensoría del Pueblo para exigir que los órganos competentes dieran respuesta. En dicha denuncia responsablemente afirmamos que la Constitución Nacional establece que en materia de alumbrado público existe una competencia concurrente entre el Gobierno nacional y el municipal y que ambas instancias deben ser llamadas para que expliquen el por qué del grave abandonado de este importante servicio.
El saldo del Gobierno nacional en materia de servicios públicos es totalmente negativo, desdibujando la coordinación que ordena el artículo 178 de la Constitución cuando establece que este tipo de servicios son también de atención del municipio. Esta es una lamentable realidad, pero frente a ella no puede ser la resignación o peor aún, la indiferencia, la única respuesta. La lucha contra un régimen autoritario no se puede traducir a un asunto de claudicar en tus derechos y competencias bajo el pretexto de que ellos se adueñaron de todo y no hay nada que hacer. Si ese fuese el caso, ese derecho usurpado hay que exigirlo y defenderlo en todos los espacios y sobre todo lucharlo para cumplir con la instancia más importante que es el pueblo que nos eligió. Que se moleste quien se moleste, pero debemos reconocer que desde el municipio no hemos luchado lo necesario por exigir, más allá de una competencia compartida, la solución de un problema que pone en riesgo la vida de miles personas y que al momento de ser víctima no le preguntan si son de un partido o son de otro.
Sobre esta denuncia hemos recibido un gran respaldo de la ciudadanía que padece en carne propia esta problemática, en contraste con la reacción intolerante, soberbia e incoherente de sectores políticos que durante años han gobernado en la región. Como muestra de ello el 7 de diciembre concejales de los partidos PSUV y UNT a una sola voz descargaron una serie de descalificaciones en mi contra por la realización de esta exigencia. Concejales de ambas bancadas, unidos en un mismo lenguaje, se refirieron a mí a través de calificativos como ignorante, desubicado, poniendo en tela de juicio mi formación profesional y curiosamente calificándome de “ese concejal Suplente de PJ” como forma, según ellos, de descalificar nuestra denuncia.
Es cierto que soy Concejal suplente del municipio, responsabilidad que asumo con humildad y con mucha mística de trabajo. Nunca lo asumiré como algo de poco valor y menos como una condición que me exima de evaluar como ciudadano el deterioro de nuestro entorno, tal y como lo hacen algunos con mirada indiferente y otros con los brazos cruzados.
Hay una sabía frase que dice “de nada sirve matar al mensajero”, aquí lo trascendental no radica en el hecho de ser concejal principal o suplente, aquí lo realmente importante es atender el clamor del pueblo marabino que está cansado de padecer como “principal”, el problema de la inseguridad, el desabastecimiento, la vialidad, alumbrado público, basura, transporte público y demás servicios que de ser atendidos adecuadamente mejorarían la calidad de vida de los marabinos y zulianos en general. Son tantos los problemas que hoy padecemos, que el pueblo no aspira alianzas de partidos para descalificar a quienes denuncian. El pueblo aspira a la unión para resolver los problemas por el bien de todos.
En el año 2016 he sido un férreo defensor de los derechos ciudadanos. Denunciamos las promesas incumplidas de la misión vivienda en el oeste de Maracaibo, la paralización de las obras en Ciudad Lossada, la exclusión de estudiantes del programa de becas Jesús Enrique Lossada por haber firmado en contra de Nicolás Maduro, participamos en jornadas médicas odontológicas, de fumigación, vacunación y alimentación gratuitas para nuestras comunidades y sobre todo estuvimos en la calle, sin medias tintas, defendiendo el derecho a elegir de la ciudadanía. El país no acepta eso de principales ni suplentes, el país sólo acepta la lucha de quienes por encima de los intereses partidistas, reclaman lo que merece nuestra gente.
Romer Rubio. Concejal de Maracaibo