La industria de autopartes vive el peor año de su historia y está a punto de colapsar, aseguró José Luis Hernández, presidente de la Cámara de Fabricantes Venezolanos de Productos Automotores.
Dulce María Rodríguez / El Nacional
Aunque en el país las industrias tienen capacidad instalada para ensamblar 250.000 vehículos, este año montaron 3.150 unidades y la producción de autopartes nacionales para el ensamblaje se redujo 97%.
La fabricación de piezas para el mercado de reposición cayó 50% por falta de insumos. “Estamos en capacidad de fabricar 40% de la cantidad de repuestos estándares que requiere el mercado, sin embargo la escasez está en 80% debido a la falta de insumos”, añadió.
El directivo señaló que el principal problema que afronta la industria y le impide satisfacer la demanda interna o concertar programas de exportaciones, es la falta de materias primas nacionales e importadas. En el año recibieron 3% del acero requerido y afirman que ya suman 7 meses sin suministro de parte de Sidor. Igual situación ocurre con el aluminio y las resinas: les han entregado 43% y 57% de lo que necesitan.
Este año tampoco han tenido acceso a los insumos importados por la falta de divisas. Los fabricantes de autopartes han recibido menos de un millón de dólares en 2016 y necesitan 400 millones anuales, dijo Hernández.
Otro obstáculo que frena la productividad es la pérdida del crédito con los proveedores internacionales por el incumplimiento del pago de la deuda, que se sitúa en 406 millones de dólares con una mora de 3 años.
Si bien el parque automotor tiene 4,2 millones de carros particulares, la demanda de repuestos se contrajo de manera importante y las ventas descendieron como consecuencia de la caída del poder adquisitivo.
La exportación de autopartes sigue sin ser significativa. En 2015 se vendieron al exterior 6 millones de dólares, cuando en el mejor año se llegó a exportar 260 millones.
El industrial indicó que las proyecciones para 2017 no son mejores. Calculan que el ensamblaje de vehículos será de 2.000 unidades; es decir, 1.150 menos que este año. El mercado de reposición descenderá 50% y las exportaciones caerán aún más, lo que contraerá las ventas y generará más dificultades financieras.