A propósito de arribar al último mes del año iniciamos una breve evaluación de la gestión gubernamental que sabemos es mala, perosiempre es necesario realizarla. No será posible ante tantos desaciertos poder cumplir plenamente con los objetivos, no obstante, se presentará algunos de sus fracasos, a nuestro juicio relevantes.
Tercer par de banderillas
Interpelar a cualquiera acerca del número de elecciones o consultas populares realizadas en Venezuela en los últimos 17 años debe convertirse en una pregunta complicada de responder en términos inmediatos.
Fue a través de los comicios electorales como el gobierno pretendió tapar su clara orientación autocrática, a fin de cuentas, los manuales y textos de políticas siempre subrayan como requisito democrático la realización periódica de elecciones. Las cosas cambian; una vía para la continuidad y consolidación de la supuesta revolución bolivariana, además de la elevación moral de la conciencia del pueblo, pasaba por la realización y participación en los procesos electorales, empero, la trompada ciudadana que recibiera el gobierno en las elecciones parlamentarias de 2015 cambiaron el rumbo de lo establecido en el Plan de la Patria y en la propia Constitución.
Las elecciones regionales que debieron celebrarse dentro de los primeros quince días del mes de diciembre -así ha sido casi siempre- fueron suspendidas o no convocadas por el ente comicial sin que ofreciera explicación alguna sobre semejante violación constitucional, enterrando la coartada democrática para ofrecer la verdadera faz del régimen.
Y, el cuarto par…
Aun en conocimiento de la caída de los precios del crudo el Plan de la Patria y la política general del país fue diseñada en clara omisión a esa realidad. Pensó el gobierno que podría mantener satisfechos a los países adscritos a esa caritativainstitución en la que se había convertido el Alba. Era el escenario y el espacio más promisorio para el relacionamiento (palabra inexistente en el DRAE como el de millonas) de la revolución bolivariana.
El Alba y Petrocaribe han dejado de ser el gran escenario, la alternativa para una política internacional que le procurara réditos al gobierno. El invento perdió atractivo, si acaso alguna vez lo tuvo, y seis de las islas asociadas de habla inglesa, que no superan el medio millón de habitantes, ya miran hacia otros derroteros. La chequera petrolera solo alcanza, y no tanto como antes, para los socios ideológicamente comprometidos: Cuba, Nicaragua, Bolivia y Ecuador.
Pero la política exterior venezolana no acierta, es un verdadero desastre. No tiene dirección ni sentido. Con Chávez se apostó al Mercosur y se dinamitó nuestra presencia dentro del mercado que resultaba más natural: el Andino.
Nuestra presencia, digamos que la del gobierno, ha sido polémica y maula; la incorporación de Venezuela suponía cumplir con un conjunto de requisitos que impone el Protocolo de Adhesión y no fueron satisfechos. A la vez se acusa al gobierno venezolano de su inobservancia al primer artículo del Protocolo de Ushuaia, “La plena vigencia de las instituciones democráticas…”, y en consecuencia la aplicación del artículo quinto, “…la suspensión del derecho a participar en los distintos órganos de los respectivos procesos de integración…”
Como se recordará Venezuela ingresó aprovechando que uno de los Estados Fundadores -así consta en la WEB del Mercosur- (Paraguay) estaba suspendido. Ahora esos países fundadores, Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay, suspendieron a Venezuela, impidiéndole ejercer la Presidencia Pro Tempore, aun cuando ridículamente el país, a través de su Canciller, se empeñe en ejercer lo que les ha sido vetado.
Muchas más banderillas negras… A los corrales, con más pena que con gloria.
@LeoMoralesP