Regalar pelotas a los fanáticos es una costumbre extendida en todas las ligas de béisbol del mundo, pero en Venezuela esta tradición, muy apreciada por el público, se enfrenta a restricciones desde esta temporada.
Y es que la Liga Venezolana de Béisbol Profesional (LVBP) no escapa a la crisis que sacude al país y pidió a los ocho clubes que integran el campeonato no regalar “pelotas en exceso” al público que asiste a los juegos.
La petición está basada en un temor comprensible: las pelotas son importadas, y con pocas divisas extranjeras para hacer un nuevo pedido, regalarlas en exceso podría comprometer los partidos de postemporada.
Según datos aportados por el presidente de las Águilas del Zulia, Luis Rodolfo Machado, en cada juego se usaban cerca de 50 bolas, pero esta campaña el número se duplicó.
“Si seguimos así no vamos a tener pelotas para la postemporada y mucho menos para la final”, dijo Machado.
“Si se acaban las pelotas se acaba el campeonato”, advirtió.
Que la crisis afecte al béisbol invernal de Venezuela no es un secreto. En septiembre pasado Oscar Prieto Párraga, presidente de la LVBP, declaraba a los medios que los clubes esperaban por la asignación de divisas a tasa preferencial.
En Venezuela rige un férreo control de cambio desde 2003, razón por la que empresas y ciudadanos deben solicitar al Estado el canje de bolívares por dólares u otra moneda cada vez que lo necesiten.
Pero esta operación, engorrosa desde su creación, se ha vuelto muy difícil desde que se desplomaron los precios del petróleo, de donde la nación sudamericana obtiene casi el 96 % de sus ingresos.
Así, en el marco general de la maltrecha economía venezolana, que la LVBP reciba más dólares del Estado a precio preferencial no parece una opción, y buscarlos en el mercado paralelo, donde la cotización supera hasta 400 veces la tasa oficial más baja, encarecería mucho las operaciones.
El dinero que pidió la liga en septiembre, unos 12 millones de dólares, fue usado para comprar equipos deportivos, cancelar pasajes aéreos y pagar salarios a jugadores y árbitros extranjeros.
Sin embargo, esta cantidad no permite margen para imprevistos, como importar pelotas nuevamente.
En tal sentido, los equipos acordaron, según Machado, regalar la bola usada en el cierre de cada entrada, así como la del último ‘out’. Solo tres por capítulo, sin sumar las que se pierden por vuelacercas o ‘fouls’.
No obstante, algunos jugadores ya se han manifestado en contra de la medida. “Dejaré mi sueldo con las multas, pero más emoción tiene un niño cuando le das una pelota”, dijo Tomás Telis, receptor de los Caribes de Anzoátegui.
“Hay tantas cosas por mejorar en la liga y ahora nos van a multar por regalar pelotas a los fanáticos. Pues me las llevo y las regalo por fuera”, dijo José Martínez, de los Tiburones de La Guaira.
Pero el presidente de las Águilas del Zulia llama a la sensatez y recuerda que todo en exceso “tiene su desventaja”.
“Tenemos dos opciones: regular el hecho de regalar las pelotas o bajar la santa maría (reja) antes de tiempo”.