La Federación de Profesionales en Turismo de Venezuela, elaboró un informe sobre el balance del año en el sector y revela que el alto desempleo, la capacidad ociosa de las empresas y el reducido aporte al Producto Interno Bruto (PIB), son indicios de que el noveno motor de la economía no está funcionando a cabalidad.
Al revelar los datos del análisis, Francisco Briceño, presidente del gremio, sostuvo que desearía imaginar un pujante sector turístico en el 2017, sin embargo con el escenario actual y una aún más marcada injerencia gubernamental, “lo que sin duda se avizora es mayor contracción de la receptividad internacional, movilización interna más compleja y una reducción de al menos 35 % del ingreso turístico”.
Briceño afirma que el resultado de la ocupación hotelera del 2016 es verdaderamente caótico. “La ocupación promedio nacional anual del turismo internacional estuvo cercana al 07,04% mientras que la de turismo criollo fue de 11,38%, lo que representó en promedio con una ocupación nacional anual de aproximadamente 18,42%. Esto reflejó una capacidad ociosa superior al 80 % (81,58%), creando una pérdida por merma productiva de casi seis mil 600 millones de dólares”.
En resumen, contabiliza que por concepto de ventas turísticas totales, nacionales e internacionales, ingresaron poco más de mil 300 millones de dólares.
Empleos perdidos
Para Briceño es sumamente grave que de las 550 mil plazas laborales del sector turístico nacional, se haya perdido más del 70%, así como el 75 % de la capacidad instalada de plazas cama nacionales, porque no hay capacidad económica para mantenerlas operativas.
Significa, que actualmente solo hay unos 150 mil empleos directos activos en el sector turístico nacional, pues la atención está limitada a una oferta total operativa disponible que no supera las 64 mil camas.
“El turismo venezolano tuvo durante 2016 la potencialidad para producir el equivalente a casi 206 millones de barriles petroleros a precios de la cesta promedio venezolana, y solo fue posible obtener el equivalente a 33 millones de barriles petroleros”, detalló según el análisis efectuado.
Sobre el caso específico de Nueva Esparta, precisó que, “la contracción por pérdida de mercado turístico es de un millón 800 mil personas menos, lo que implica que se dejó de percibir al menos dos mil millones de dólares, que equivale a 500 millones de barriles de petróleo, es decir la producción nacional durante un mes”.
Cambios estructurales
De acuerdo al profesional del turismo, para resolver la situación y que florezca el progreso, “debemos emprender cambios estructurales en materia económica, cambiaría, fiscal y laboral, obviamente concibiendo de forma diferente al Estado y entendiendo que ello pasa por el cambio político nacional, pues o cambiamos, o seguiremos esta senda de autodestrucción, porque es muy cierto que nunca se está lo suficientemente mal como para no poder empeorar aún más”.