Pensar en el sexo con robots implica necesariamente imaginarse a una máquina del amor que no entiende de horas de sueño. Tales son las posibilidades de un robot convertido en asistente sexual, que un experto ha alertado de los peligros que podría suponer esta práctica de cara a las próximas décadas. Básicamente, la raza humana directamente podría extinguirse.
Haciendo alarde de la expresión de “se han juntado el hambre con las ganas de comer“, los expertos coinciden en que el apetito sexual insaciable de un robot supondría la satisfacción absoluta del humano. El problema no estaría tanto en los peligros físicos (contracturas varias incluidas) que supondrían estos maratones de cariño entre robots y humanos, sino que el verdadero riesgo apuntaría directamente a la superviviencia de la raza humana.
Si el humano tiene sus necesidades sexuales cubiertas con un robot, ¿en qué plano quedarían las relaciones con los humanos? Y, por encima de todo, ¿quién garantiza que con estos robots de por medio se mantendría el crecimiento de la población?
Así lo ha contado -en un tono más relajado- Oliver Bendel, miembro de una Universidad de Suiza, durante la reunión del 2º Congreso Internacional sobre el Amor y el Sexo con Robotsque se ha celebrado hace escasos días en Reino Unido. El Congreso, que incluso dispone de página web, reúne a expertos de todo el mundo para discutir acerca de las implicaciones éticas que van a suponer en las próximas décadas las relaciones de los humanos con los robots.
“Si el robot satura en exceso al humano, eso reduce las posibilidades del sexo entre humanos”, ha comentado Bendel durante el evento.
Pero las cuestiones éticas que aparecen alrededor del sexo con robots van incluso más allá de eso. Por ejemplo, ¿quiénes somos nosotros para decidir si los robots han de estar las 24 horas disponibles para nuestros reclamos sexuales? ¿Y hasta qué punto deberían acceder los robots a llevar a cabo las fantasías más oscuras de los humanos?
Las preguntas, pese a que pueden parecer estar sacadas de la imaginación colectiva más bizarra, corresponden en realidad a las cuestiones que se abordaron durante la celebración de esta reunión de expertos. “La industria de la robótica está avanzando muy rápido”, se dijo durante el evento, “y la industria pornográfica no debería tener en sus manos todas las decisiones al respecto de esta cuestión”.
En resumen, parece ser que el verdadero peligro de los robots no estará en que nos quitarán nuestros trabajos, sino en que tendrán la innata capacidad de acabar con nuestra raza desde dentro. Que nos quiten lo bailado hasta que eso pase, pensará más de uno.
Información de NotiExpressColor