La catedral de York hipnotiza por su belleza gótica e impone por sus dimensiones. Es de esos edificios que uno contempla en silencio, con los sentidos alerta para captar cualquier información y con una única pregunta en la cabeza: ¿cómo fueron capaces de construir esto? La catedral de York maravilla todavía más si su nave central es tomada por una elegante coreografía de rayos de luz, que nos invita a disfrutar de este prodigio de la arquitectura de forma diferente, combinando lo efímero con lo permanente, reparando en rincones olvidados y disfrutando de una nueva forma de entender su arte. Cuidado que este vídeo engancha. Traveler.es
Light Masonry nació de un encargo, el del festival Iluminating York al estudio del artista y diseñador Jason Bruges. Cada año, este espectáculo congrega a diferentes especialistas de las instalaciones lumínicas con el objetivo de ofrecer una forma diferente de contemplar la ciudad de York.
Con esta premisa e inspirándose en el trabajo artesanal de los canteros y albañiles que trabajaron en la construcción del edificio, Bruges y su equipo se lanzaron a la creación de Light Masonry. Sirviéndose de 48 focos diseñados para esta instalación, el resultado es la creación de una segunda capa de arquitectura dinámica, temporal y efímera esculpida desde la luz, frente a la permanencia de un edificio tan sublime, explican en la web del estudio.