El pabellón del Hospital Pediátrico recibió el 2017 con las luces apagadas, puertas cerradas y pasillos vacíos. La doctora Idabelis Arias, subdirectora del Agustín Zubillaga explicó que el problema con los pabellones empezó luego que robaran hace un par de meses algunos compresores de aires acondicionados en la institución, reseña La Prensa.
“Se afectó la tubería y eso generó goteras que han afectado la infraestructura”, dijo Arias. Para no quedarse sin pabellón la institución habilitó una de las cuatro salas quirúrgicas que estaba cerrada; sin embargo, el área tiene un compresor de aire acondicionado deficiente y por eso dentro del pediátrico operan sólo las emergencias.
Lo que más preocupa a las autoridades del pediátrico es que la empresa encargada del mantenimiento de los aires en la institución está de vacaciones, lo que significa que al menos una semana más tendrá que esperar el hospital para poder contar con la sala quirúrgica.