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La capilla ardiente del expresidente portugués Mário Soares, fallecido el sábado a los 92 años, estará abierta al público la tarde del lunes y la mañana del martes en el Monasterio de los Jerónimos de Lisboa, informó el Gobierno luso.
El Ejecutivo decretó tres días de luto nacional, entre el lunes y el miércoles, y organizó un funeral con honras de Estado a Soares, presidente de la República entre 1986 y 1996 y primer ministro en dos fases (1976-1978 y 1983-1985).
Las ceremonias oficiales no darán comienzo hasta el lunes, con el objetivo de dar tiempo a otros países para que organicen la comitiva que les representará durante el funeral.
El cortejo fúnebre con los restos mortales de Soares se pondrá en marcha la mañana del lunes, con un recorrido que pasará por la residencia del “patriarca” socialista y llegará hasta la sede del Ayuntamiento de Lisboa.
Desde allí, con una escolta a caballo de la Guardia Nacional Republicana, el cortejo seguirá su camino hasta el Monasterio de los Jerónimos, donde está prevista su llegada en torno a las 13.00 hora local (misma GMT).
La capilla ardiente del ex jefe del Estado luso, instalada en la Sala de los Azulejos del claustro del monasterio, estará abierta a los ciudadanos hasta las 24.00 horas del lunes y entre las 8.00 y las 11.00 del martes.
La sesión solemne de homenaje en el monasterio arrancará a las 13.00 horas y a su finalización los restos mortales de Soares partirán hacia el cementerio de los Prazeres de la capital lusa.
Está previsto que el cortejo funebre haga varias paradas breves en el Palacio de Belém -residencia oficial de los presidentes de Portugal-, la Asamblea de la República -sede del Parlamento-, la Fundación Mário Soares y la sede del Partido Socialista, formación que fue fundada en 1973 por el propio Soares.
El miércoles se celebrará una sesión de homenaje sobre la vida de Soares en la Asamblea de la República, que canceló los trabajos previstos para esta semana para que los diputados puedan participar en las ceremonias fúnebres.
El Gobierno apeló a todos los ciudadanos a participar en la despedida a Soares, considerado una de las figuras que más marcaron las últimas décadas de la historia de Portugal y clave en la construcción de la democracia. EFE