Una mujer fue acusada junto con su novio de haber matado a su hija de 14 años como parte de una “fantasía de violación y asesinato”, según informó la fiscalía de Pensilvania, meses después del hallazgo del cuerpo descuartizado de la joven en un bosque cercano, reseñó Terra.
“Las horas y días que precedieron a su muerte fueron probablemente los más horribles y traumáticos que cualquier persona podría sufrir”, manifestó el fiscal Matthew Weintraub, sobre el fallecimiento de la adolescente Grace Packer, ocurrido en julio.
En tanto, los acusados, Sara Packer y Jacob Sullivan, de 41 y 44 años, no entregaron excusa alguna y se les negó derecho a fianza.
Grace, quien había sido adoptada por Sara Packer a los tres años, fue llevada al ático de una casa que la pareja alquilaba. Allí, fue golpeada con brutalidad y violada por Sullivan, mientras la madre observaba. El testimonio reveló que los inhumanos padres habían planeado el acto desde hacía casi un año, y el hombre había violado anteriormente a la chica en dos ocasiones.
Posteriormente, la joven fue envenenada, maniatada y amordazada, y suponían que pronto moriría, afectada también por el intenso calor de la época. Sin embargo, cuando la pareja volvió, tras 12 horas, Grace seguía con vida, por lo que la estrangularon larga y dolorosamente, según la investigación.
“Lamentablamente, Grace Packer era una niña desechable para esta gente. Tenían una fantasía de violación y asesinato ¿Quién hablará ahora por ella? Nosotros lo haremos”, enfatizó el fiscal.
Para evitar olores post mortem, la pareja colocó el cadáver de Grace en arena para gatos y lo pusieron en el ático.
Tras el salvaje acto, los asesinos denunciaron a la Policía que la joven había robado dinero y se había fugado del lugar. En octubre, tres meses después del crimen, los asesinos se asustaron por una visita de un oficial y decidieron descuartizar el cuerpo de la joven para llevarlo a un bosque a 100 kilómetros de la casa.
“Lamento lo que hice, estuvo mal”, alcanzó a decir el acusado en su ingreso a los tribunales. La pareja había intentado suicidarse con una sobredosis de medicinas, pero no lo consiguieron y admitieron sus crímenes en el hospital que los atendió.