Johanna Watkins, de 29 años, sufre de una extraña enfermedad inmunológica que la hace incapaz de controlar las reacciones alérgicas.
Padece de Síndrome de Activación Mastocitaria, una condición en la que las células destinadas a proteger el organismo de amenazas externas mutan y comienzan a atacar el cuerpo.
Antes de casarse con su esposo, Scott, nadie esperaba que su estado empeorara de esa forma. Era profesora y llevaba una vida prácticamente normal, sin embargo, ahora debe vivir encerrada en el ático de su casa, aislada de todo lo que pueda hacerle daño, incluso de sus seres queridos.
Duermen en cuartos separados y solo se comunican a través de Skype y mensajes de texto.
El drama de Johanna se vuelve peor cuando se trata de comida, ya que solo tolera dos platos diferentes: cordero con pepinos y carne de vaca con zanahorias, apio y algunas especias.
Nota tomada de Pulzo