Comunidades indígenas del selvático departamento del Vaupés, fronterizo con Brasil, se alimentan de ranas cuando la comida escasea en la temporada de lluvias, según un estudio de la Universidad Nacional de Colombia (UN) difundido hoy.
El estudio precisa que las comunidades de Bella Vista de Abiyú y Puerto Loro de Macucú, consumen unas 2.000 ranas en los tres meses de la temporada de lluvias, lo cual equivale a unos 60 kilogramos de carne.
Asimismo, la investigación reportó que el 96 % de los anfibios consumidos pertenece a la especie Osteocephalus taurinus y que las hembras son los especímenes más valorados, tanto por su tamaño, mayor que el de los machos, como por el sabor que aportan sus huevos.
La investigación de la UN destaca también que la comunidad de Bella Vista caza las ranas a altas horas de la madrugada, cuando los machos empiezan a croar para atraer las hembras en tiempo de apareamiento.
Por su parte, los indígenas de la comunidad de Puerto Loro usan un método más tradicional, que consiste en cavar un hueco en el suelo que se llena de agua al que caen las ranas.
Normalmente en Bella Vista y Puerto Loro se consumen unas cincuenta especies silvestres de todo tipo, sin embargo cuando llega la temporada de lluvias, entre febrero y abril, y los niveles de agua suben, no quedan muchos recursos disponibles, por lo que la rana se convierte en un alimento fundamental para las comunidades indígenas.
El magíster en Ciencias y Biología de la UN y responsable de la investigación, Juan Camilo Bonilla, señaló en un comunicado que los anfibios consumidos ponen unos 3.000 huevos y recordó que para preservar la especie se debe respetar el crecimiento de los renacuajos de tal forma que estos se puedan desarrollar y reproducir aproximadamente un año después.
“Por suerte, los indígenas saben eso. Las ranas son fundamentales para ellos, no solo por el alimento sino también porque ellas les avisan, con sus cantos, que se avecina la temporada de lluvia, con lo cual empiezan a trabajar en sus cultivos”, agregó.
Sin embargo, el científico mostró su preocupación por los desequilibrios causados por el cambio climático, que trastoca la durada e intensidad de la temporada de lluvias, algo que afectan al ciclo natural de reproducción y crecimiento de las ranas, muy valiosas tanto para el ecosistema que habitan como para las comunidades indígenas.
EFE