Las iniciales USA repetidas hasta el cansancio fue la nota de los asistentes a la asunción de Donald Trump como 45 presidente de la nación norteamericana durante su breve discurso de 16 minutos.
El emotivo discurso pronunciado por Trump fue excesivamente nacionalista cargado de promesas sin explicación de cómo serían satisfechas. Parecía más bien una arenga de cierre de campaña dedicado a explotar el sentimiento de patriotismo basado en “hacer nuevamente grande a EEUU”.
No obstante lo anterior consideramos conveniente reflexionar sobre sus palabras porque si bien, es el presidente norteamericano que llega a la Casa Blanca con el índice de credibilidad más bajo que ningún otro en los últimos años, su éxito electoral lo sitúa como un fenómeno anti partido y grupos influyentes digno de consideración.
La unión como fuerza renovadora. “Mantenerse unidos en un gran esfuerzo nacional para reconstruir el país”. “Juntos estableceremos el curso de los EEUU en los años por venir”. “Enfrentaremos retos y contratiempos pero cumpliremos con nuestra tarea”. “La destrucción de EEUU termina aquí, hoy mismo. Expresó al comienzo.
El sentimiento contra el poder ejercido desde la capital. “Hoy estamos transfiriendo el poder de Washington DC al pueblo norteamericano”. “Un pequeño grupo en nuestra capital se benefició del Gobierno mientras que el pueblo sobrellevó el costo. Washington se enriqueció pero el pueblo norteamericano no compartió esa riqueza”. “El 20 de enero de 2017 será recordado como el día en que el pueblo se convirtió en conductor de la nación”. Continuó diciendo.
Crítica a los políticos. “No aceptaremos a los políticos que lo único que saben es hablar y no actuar, quejándose constantemente pero sin tomar acciones”. Reafirmación que no tiene compromisos partidistas.
Abriendo los ojos y creando expectativas. “Ustedes querían buenas escuelas para sus hijos; vecindarios seguros para sus familias y trabajos bien remunerados para ustedes”. “Pero para muchos de nuestros conciudadanos la realidad era otra muy distinta. Madres atrapadas por la pobreza en nuestras ciudades, fábricas cerradas cual lápidas sepulcrales y un sistema educativo costoso mientras se privaba a los estudiantes del conocimiento”. Elementos propios de un populismo latente.
Explotando el nacionalismo dormido. “Por décadas hemos enriquecido la industria foránea a costa de la nuestra, subsidiado ejércitos extranjeros y gastado billones de dólares en otros países mientras nuestra infraestructura se caía a pedazos”. “Una nueva visión gobernará nuestro futuro, seguiremos dos simples reglas, compra americano y contrata americanos”. Sin mencionar instituciones y países dio a entender a quien se refería.
Las alianzas estratégicas anti terrorista. “Reforzaremos alianzas, crearemos nuevas y concertemos al mundo civilizado frente al terrorismo extremista islámico para erradicarlo de la faz de la tierra”. Afirmó con certeza un objetivo nada fácil de lograr.
Una visión protectora y aislacionista. “Debemos proteger nuestras fronteras de la rapacidad extranjera, que roban nuestras fábricas y productos y destruyen nuestras fuentes de trabajo”. “Toda decisión en materia de comercio, aranceles y asuntos internacionales se tomarán para beneficio de nuestros trabajadores y sus familias”.
El papel de los militares. “Estaremos siempre protegidos por esos hombres y mujeres de nuestras fuerzas militares y por las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley”. “Es tiempo de recordar la sabiduría de nuestros fundadores: seamos negros, mestizos o blancos tenemos la misma sangre roja de patriotas”. Un reconocimiento obligado para los uniformados.
La cooperación internacional. “Buscaremos la cooperación y la amistad con todas las naciones del mundo pero en el entendido que es nuestro derecho velar por nuestros intereses ante todo”.
Llamado a todos para soñar en grande. “Debemos hablar abiertamente y debatir con honestidad, cuando los EEUU está unido, es imparable”. “Haremos fuerte y orgulloso a EEUU otra vez, haremos nuevamente grande y próspero a EEUU”. “Que Dios los bendiga a ustedes, y bendiga a los EUA”.
De lo anterior se deduce que la nueva administración intentará promover la inversión privada en el país mientras que en política internacional se percibe enfrentamiento con China y acercamiento a Rusia.
Como han podido comprobar las palabras del nuevo presidente auguran cambios dentro de una política a la vez nacionalista y populista. Pero esos cambios por sí solos no serán suficientes para cambiar radicalmente los logros de la globalización. Además debemos señalar que esa democracia de 240 años de existencia con 58 transferencias pacíficas de poder ha subsistido incólume gracias a unas instituciones fuertes y autónomas que constituyen un indispensable equilibrio frente al poder en la Casa Blanca.
Juan Antonio Muller
Juaamilq249@cantv.net