Leonardo Fernández: El espíritu del 23 sigue vivo

Leonardo Fernández: El espíritu del 23 sigue vivo

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El 23 de enero es un hito en la historia de Venezuela, ese día el país se libró de la última dictadura del siglo XX y comenzó el proceso democrático más duradero de América Latina. Durante 40 años la democracia se hizo intrínseca a la cultura del venezolano, llegando a ser un elemento indispensable en cualquier planteamiento político que se presente a la ciudadanía.

Para entender el 23 de enero hay que mirar más allá y comprender que la cultura democrática de Venezuela tuvo su inicio en 1928 cuando unos jóvenes valientes se pronunciaron contra la dictadura gomecista, desde ese año se sembró en la conciencia del venezolano el germen democrático. En 1945 se dio el cambio más radical de Venezuela desde la independencia. Ese año se instauró un gobierno que por primera vez garantizó el voto para todos los venezolanos sin distingo de raza, sexo o clase social.





La dictadura de Pérez Jiménez pretendió borrar de la memoria del pueblo los derechos conquistados en el llamado trienio adeco, pero esos tres años de disfrute del ejercicio pleno de la soberanía fueron suficiente como para afianzar la llama de la democracia que nunca se extinguiría del corazón de los ciudadanos. Por 10 años el invierno de la tiranía arropó a Venezuela, pero el 23 de enero de 1958 el pueblo en la calle demostró que estaba dispuesto a luchar por su libertad.

Los 40 años de democracia que siguieron a esa fecha tuvieron sus altos y bajos, pero durante ese periodo los ciudadanos reforzaron su convicción. El destino de todo un país estaba en sus manos y solo ellos podían decidir su futuro. Durante 18 años el llamado “Socialismo del Siglo XXI” ha intentado erradicar la convicción democrática de los venezolanos, utilizando el voto solo para legitimar sus actos autoritarios.

En el instante en que perdieron el apoyo popular por su fracaso estrepitoso en la economía, decidieron secuestrar el voto instaurando una dictadura del siglo XXI. Lo que el gobierno actual no entiende es que la flama de la democracia sigue viva en la conciencia colectiva del venezolano que aún en medio de las tinieblas que cubrieron nuestro país durante 18 años, el espíritu del 23 de enero se mantuvo vivo y tiene plena vigencia en la actualidad.

Estos lunes impulsados por ese espíritu de unidad y lucha, volvimos a las calles, a  las comunidades para acompañar a nuestro pueblo al rescate su capacidad para  determinar su destino.