Los socialistas franceses eligen este domingo a su candidato para las elecciones presidenciales de abril entre el favorito Benoît Hamon y el ex primer ministro Manuel Valls, en una campaña opacada por una polémica que atañe al candidato de la derecha.
A las 17H00 (16H00 GMT), dos horas antes del cierre de la votación, la elección había movilizado a 1.306.852 votantes en el 75% de los colegios electores, un alza de más de 22% en relación a la primera vuelta del domingo pasado, afirmó el comité organizador del Partido Socialista (PS).
Valls, un político de origen español de 54 años que hace valer su experiencia de gobierno en un contexto de amenaza yihadista en Francia, intentó esta semana acortar distancias presentándose como el candidato “responsable” frente a su contrincante, de 49 años, cuyo programa con un fuerte contenido social tachó de “utópico”.
Estos ataques, según los analistas, agravan la fractura latente entre dos corrientes dentro del gobernante PS en un contexto delicado para esa formación política, desgastada por el controvertido mandato del presidente François Hollande, quien renunció a presentarse a la reelección.
En París, Annick Descamps, votó por Hamon porque “aporta principios de ciudadanía, solidaridad y reparto de riqueza (…). Siempre necesitamos sueños y un proyecto que se tenga en pie”, dijo esta arquitecta de 60 años.
Jubilada de 77 años, Marie-France votó en Rennes (oeste) por Valls, ya que “tiene más posibilidades para la elección presidencial”, aunque “hay tantos cambios (en el paisaje político) que estamos realmente en la incertidumbre”, agregó.
El ganador de estas primarias tendrá tres meses para dar un impulso a su campaña cuando todos los sondeos vaticinan que ninguno de los dos pasaría a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, quedando lejos por detrás de la candidata de ultraderecha Marine Le Pen -reforzada tras la inesperada victoria de Donald Trump- y del conservador François Fillon.
Además, el candidato socialista sería también superado por dos disidentes socialistas: el exmininistro estrella de Hollande Emmanuel Macron, un rostro nuevo en la política francesa que atrae a miles de personas a sus mitines, y el líder de la ultraizquierda Jean-Luc Mélenchon.
Sin embargo, la campaña del candidato conservador François Fillon, el que parecía tener más posibilidades de llegar al Elíseo según los sondeos, sufrió esta semana un duro golpe ante las sospechas de un presunto empleo ficticio de su esposa, por el que cobró medio millón de euros.
Un sondeo de la empresa especializada Odoxa publicado el viernes reveló que tras este escándalo apenas el 38% de los franceses tiene ahora una opinión positiva de Fillon, cuatro puntos menos que a principios de mes.
– ‘Nada está escrito’ –
La segunda vuelta de estas primarias se anuncia como un choque entre dos caras del socialismo francés, un partido profundamente dividido entre una línea descrita como “utópica” y otra “hiperrealista”.
“Está claro que Benoît Hamon parte en esta segunda ronda como el gran favorito, los electores extremadamente críticos con la gestión del presidente quieren sancionar la acción conjunta de Valls y Hollande”, señaló a la AFP el politólogo Jérôme Sainte-Marie.
“La victoria está a nuestro alcance”, declaró Hamon el viernes en su último mitin en Lille, en el norte. Hamon, quien fue el efímero ministro de Educación de Valls, ha sido la revelación de esta campaña con un programa social y ecologista que seduce sobre todo a los más jóvenes.
Encabezó contra todo pronóstico la primera vuelta de las primarias con 36% de los votos, casi cinco puntos más que Valls, y recibió el apoyo del tercer candidato más votado, el exministro de Economía Arnaud Montebourg (17,5%).
La participación será crucial en esta votación tras las mediocres cifras de la primera ronda en la que apenas 1,6 millones de personas -un millón menos que en las primarias de 2011- acudieron a las urnas.
Los franceses elegirán un nuevo jefe de Estado para los próximos cinco años a dos vueltas el 23 de abril y el 7 de mayo.
AFP