Los intentos de golpes de Estados de 1992 tuvieron una influencia trágica en la institución armada de Venezuela que todavía no podemos ponderar en toda su magnitud. Los procesos históricos tardan tiempo en ser comprendidos. Pero hacer apologías de asonadas militares para deponer a un gobierno, que con todas sus imperfecciones y taras fue electo por el pueblo, es una invitación para que otros sigan el ejemplo y traten de hacer lo que aquellos intentaron. Según el razonamiento de los apologistas del 4 de febrero, en ese año el país vivía una crisis terrible, prevalecía la delincuencia, la corrupción era rampante y se vivía una situación de descomposición social que requería un alzamiento militar para darle un nuevo rumbo al país. Ese cuadro de calamidad social es nada comparado con lo que hoy vive Venezuela, una nación que parece que está en disolución. Pero ello, no puede justificar una insurrección de ningún tipo, porque de ella jamás nacerá un gobierno estable.
A partir de aquella fecha, el apellido bolivariano, se fue instalando como un comodín para ganar apoyos en una nación donde el solo nombre de Simón Bolívar es motivo de reverencia. Ya en el poder los alzados del 4 de febrero, pasaron a otra etapa al denominar a la Fuerza Armada Nacional como antimperialista para seguidamente adosarle el cognomento de socialista. Yo creo que quienes denominan ala FANB como socialista muchas veces no saben bien de lo que hablan. El socialismo es una doctrina compleja, con muchas contradicciones intrínsecas, una de cuyas características es que propugna la desaparición del Estado, que justamente la FANB jura defender y fortalecer. Luego de la muerte del presidente Chávez, altos personeros de la FANB dicen que la FANB son chavistas, entendiendo como tal el pensamiento de Hugo Chávez aunque éste no haya dejado escrito un cuerpo conceptual que uno puede referir como una doctrina. Claro que el presidente Chávez tuvo sus atributos, mística y entrega hasta la muerte a su causa, pero su pensamiento no es una estructura coherente de ideas.
Ahora, con motivo del bicentenario de Ezequiel Zamora, la FANB adopta otros apellidos; pasan a ser zamoranas y anti oligárquicas. Planteadas así las cosas, uno termina de entender claramente el rol de la FANB. Porque si es socialista, entonces es una especie de brazo de un partido, el socialista, si es anti oligárquica deberá entonces luchar contra la oligarquía. Esto último es más interesante porque con el proceso de extinción los grupos económicos venezolanos, quedará entonces la nuevo oligarquía roja, los nuevos amos del valle, que se han enriquecido en los últimos años, como un enemigo a vencer. Lo mejor para el país es que la FANB se mantenga como una institución profesional, al servicio del país como un todo y jamás como fracción a la orden de un partido político, tal como lo establece la Constitución.