El alcalde del municipio Pedro María Ureña, Alejandro García, expresó que las casas de cambio son “un engaño más para el pueblo y no han tenido ningún efecto sobre la tasa de cambio que se maneja al otro lado de la frontera, donde un bolívar vale menos de un peso”.
Por diario La Nación (Táchira)
“Tengo noticias de que el bolívar está a 0,85 pesos, es decir vale menos de un peso. Hace poco cambiaban un bolívar por un peso, pero ahora está más bajo”, señaló. El alcalde refirió que la apertura de las casas de cambio no ha funcionado porque “el Gobierno quería recoger 120 millones de pesos diarios por la venta de gasolina venezolana en las estaciones de servicio, y pensaba montar una banca con los pesos que percibiera; esa banca supuestamente iba a destrozar las casas de cambio de Cúcuta, pero ante la negativa de Colombia de abrir el paso de vehículos para que compraran en pesos la gasolina venezolana, se cayó el negocio”.
En Ureña no hay ninguna casa de cambio, dijo García, “y es una utopía, una mentira de parte del Gobernador estar haciendo propaganda a una casa de cambio que no existe, por lo menos en Ureña no existe”. Aunque hay mucha gente interesada en hacer uso de las casas de cambio por el precio al que se ofrece el bolívar, consideró que solamente las roscas del Gobierno son las favorecidas. “El ciudadano común y corriente, el que gana sueldo mínimo no tiene acceso, porque la página de Italcambio no abre, es una mentira”.
El alcalde consideró que una manera de recuperar el precio del bolívar en la frontera es estableciendo un acuerdo entre los gobiernos de Colombia y de Venezuela, en primer lugar, para abrir totalmente la frontera, vender gasolina en bolívares a los ciudadanos colombianos como siempre se ha hecho en las estaciones internacionales de servicio que antes se llamaban Safec y dejar que el precio de las divisas lo establezca la oferta y demanda del mercado.
-Si nosotros abrimos la frontera -añadió García-, tenemos la oportunidad de que vengan ciudadanos colombianos a comprar en pesos los productos que se producen y venden en Ureña y San Antonio. Aquí toda la vida el colombiano venía y pagaba en pesos o había operadores cambiarios que hacían la conversión, entonces había un circulante de moneda colombiana permanentemente en la frontera venezolana, o cualquier persona tenía pesos en su casa y los utilizaba ya fuera para cambiarlos por bolívares o para ir a Cúcuta a hacer mercado.
Reiteró que una manera de recuperar el valor de la moneda venezolana es abriendo de manera inmediata los puentes internacionales, sin condiciones, y que se venda gasolina a precio internacional, pero en bolívares.
Asimismo, manifestó la necesidad de que se abran nuevamente las agencias de los Operadores Cambiarios Fronterizos en Ureña y San Antonio, que desde hace años han existido y funcionado legalmente, prestando servicio a la comunidad.
–Sin embargo, el Gobierno ha venido acabando con todo: expropiaron el Central Azucarero de Ureña hasta que lo acabaron; expropiaron el Hotel Aguas Calientes y también lo acabaron y así sucesivamente a todo lo que le pone la mano lo destruye, porque es gente que quiere acabar con la economía del país y no le importa si alguien está produciendo o no, simple y llanamente lo que quiere es ponerle la mano a todo lo que produzca dinero- dijo finalmente.