La Justicia argentina procesó al exjefe de Inteligencia del gobierno de Cristina Kirchner, Óscar Parrilli (2014-2015) por encubrimiento del exprófugo Ibar Pérez Corradi, acusado de narcotráfico, pero el exfuncionario atribuyó la acusación a persecución y espionaje políticos.
AFP
El fallo del juez Ariel Lijo, emitido el lunes, indicó que cuando Parrilli estaba al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) supuestamente ocultó los informes producidos por la Dirección de Contrainteligencia de ese organismo con el fin de que Pérez Corradi siguiera prófugo de la Justicia.
Ibar Pérez Corradi fue el prófugo más buscado de Argentina hasta julio de 2016 cuando fue capturado en Paraguay. Fue empresario farmacéutico antes de que se lo acusara de ser el instigador de un triple crimen, en 2008, de personas involucradas con el tráfico de efedrina a Estados Unidos y México. También se lo imputa de lavado de dinero.
Oscar Parrilli dijo este martes que el fallo del juez Lijo “tiene como objetivo justificar el espionaje político” a la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015). Los medios han divulgado escuchas telefónicas de Kirchner con Parrilli, pero según los involucrados en la conversación no se incurrió en ningún delito.
“Es una paradoja. Estoy procesado por haber encubierto a un personaje que no está procesado, al que le han dictado la falta de mérito. Es decir, me procesan por haber ocultado información de alguien que no es un delincuente”, afirmó el exfuncionario a Radio Del Plata.
Pérez Corradi continúa preso en Argentina por un pedido de extradición de Estados Unidos, aunque la jueza federal María Servini de Cubría indicó el año pasado que no había mérito para procesarlo como instigador del caso conocido como “el triple crimen de General Rodríguez (periferia oeste)”.
En un primer momento, Pérez Corradi rechazó en junio su extradición alegando que su vida corría peligro, “porque en la causa estarían involucradas personas muy importantes del gobierno anterior”, de Kirchner.
Pero días después escribió una carta al juez paraguayo pidiendo su rápida extradición tras denunciar que fue amenazado de muerte en su lugar de reclusión en Asunción.
Parrilli dijo que el fallo de Lijo carece de “toda razonabilidad y lógica”. “Primero tiene por objetivo justificar esta ilegitima intervención telefónica que claramente demuestra que era parte de un plan de espionaje político llevado adelante sobre la expresidenta Cristina Kirchner”, indicó el exjefe de inteligencia.
Cada semana se suman nuevas causas por supuestos hechos de corrupción contra la expresidenta Kirchner y su entorno.
En las conversaciones teléfonicas de Kirchner con Parrilli, la expresidenta lo insta a que reactive causas judiciales ya iniciadas contra jueces por manifiesta intencionalidad política contra ella y otros dirigentes opositores.