Juan Arias, trabaja en una tienda de telecomunicaciones y gana el salario mínimo (Bs 40.638). Aunque no está casado, tiene gastos como alimentación y pago de servicios (transporte, agua y, electricidad). A él se le dañó su aire acondicionado hace más de tres meses y con el pasar de los días pierde la esperanza de adquirir otro. Así lo reseña eltiempo.com.ve
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“Tendría que trabajar más de siete meses seguido, no gastar ni un bolívar, no comer, irme caminando de mi casa al trabajo, no pagar luz, ni agua, para poder reunir”. Como él, hay cientos de personas que aunque les urge este tipo de equipos, así como lavadoras y neveras, no han podido comprarlos por sus altos costos.
La realidad de este joven, de 27 años, también perjudica a los dueños de tiendas de electrodomésticos, quienes observan con preocupación cómo cada vez son menos los clientes que ingresan en sus negocios.
“Ya ni siquiera preguntan. La gente ya sabe que nada baja de 300 mil bolívares, y ni se asoma”, comentó una vendedora, quien, con angustia, mencionó que hay quincenas en las que no percibe ni una comisión.
“Lo beneficioso de trabajar en estos locales era ganarse un porcentaje por cada venta, ahora qué nos van a dar si la gente no está comprando. El sueldo apenas alcanza para comer”, manifestó Roselis Acuña, quien dijo que lleva 10 años “aguantada” en su empleo “porque para dónde voy agarrar, en todos lados es igual”.
El comerciante Jorge Hakkan mencionó que la comercialización de los equipos de línea blanca ha bajado en más de 80%. “La lavadora más económica está por encima del millón de bolívares. Nosotros entendemos que son pocas las personas que tienen, pero dependemos de los costos de un proveedor, que cada vez son más altos”.
También están caros
Adquirir una computadora de escritorio o laptop se convirtió en un lujo. En la zona norte de Anzoátegui además de la poca variedad, sus precios alcanzan hasta los Bs 680 mil.
Un padre de familia que devengue sueldo mínimo, tendría que ahorrar 17 salarios para poder comprar este equipo.
El profesor Franklin Millán señaló que hace un año, por los constantes apagones, se le dañó su computadora y desde entonces le ha sido imposible adquirir una nueva.
A su juicio el valor de estos aparatos “está por las nubes”.