Estamos ante la patente realidad del desconocimiento sistemático de la voluntad popular expresada rotundamente el 6 de diciembre de 2015, con la elección de una nueva AN, el poder público más representativo en una democracia y por eso es llamada la casa de todos. Sólo un régimen dictatorial que carece de apoyo popular niega las elecciones y anula las atribuciones constitucionales del Parlamento.
A estas alturas de febrero de 2017, no hay sentencia del TSJ sobre el Estado Amazonas, este espurio organismo ha sido llevado a menos de forma degradante; las magistraturas hoy son ocupadas por gente sin credenciales para los cargos y prosternados al régimen, lo que explica su actuación delictual de dejar sin representación a una entidad de la república. Esta vergüenza del top de la justica ha emitido una declaración digna de ripley, que ellos están alineados con el plan de la patria y el legado de Chávez.
Ese plan y legado consiste en no realizar elecciones y mantener a la gente en la más indigna pobreza, hurgando en la basura, con el malandro fin de controlarlos social y políticamente. Amazonas no tiene representación ante el Parlamento pero los terroristas tienen pasaporte venezolano, para vergüenza de la Patria.
Persiste el desconocimiento de la voluntad popular y la usurpación flagrante del TSJ de las funciones legislativas. Ya acumula 50 sentencias infames en contra de la AN, la soberanía nacional y la Constitución. Arrebataron la función legislativa del control político del Parlamento en un Estado constitucional. Decretaron un estado de excepción espurio para asegurar el nuevo orden constitucional, con un discurso de alta carga política, edifican una Constitución paralela integrada entre las decisiones inconstitucionales e ilegitimas del TSJ, plan de la patria y decretos de estado de excepción. Esta actuación bochornosa hace que vaya desapareciendo la Constitución, el fin del régimen forajido es anular la voluntad popular que eligió un nuevo parlamento el 6D. Va desapareciendo la soberanía popular con un poder judicial impresentable arrodillado al régimen.
El desafío es la defensa del voto que eligió a la AN, rescatar la conexión del ciudadano con la AN. TSJ y CNE montan un sistema para ilegalizar los partidos políticos. Justamente unas elecciones limpias son la mejor opción para resolver la crisis, que esplenda la soberanía popular y no la determinación de un grupete de enchufados ladrones. Hundieron la producción nacional y pretenden controlar al pueblo con una bolsa clap de bs 10200 con productos mejicanos y no hechos en Venezuela.
Lo que nos sale es defender todos los derechos para todos, movilizarnos en la calle y organización ciudadana. Ellos no quieren más elecciones, el régimen conduce a la postración total y la resignación, perdieron el apoyo popular.
¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!