“El socialismo le ha robado las esperanzas a nuestros jóvenes”, manifestó el coordinador de Gente de Guayana, Wilson Castro, durante un recorrido por el sector Los Arenales, de la parroquia Dalla Costa, en el municipio Caroní.
Añade que es “impresionante la cantidad de muchachos que se encuentra en desocupación, sin actividades laborales o académicas que desempeñar, cayendo en la trampa del ocio”, que los hace más propensos a caer en los vicios de la droga, el alcohol o la delincuencia.
Castro afirma que la situación del país está “acabando con las generaciones de relevo”, porque los jóvenes tienen una larga lista de amigos que fallecieron a manos del hampa o porque estaban involucrados en situaciones ilícitas.
Señala que esta situación es otra demostración del “fracaso de la propuesta pseudo revolucionaria del chavismo”.
Puertas cerradas
Castro indica que los jóvenes quieren trabajar, pero no tienen suficientes oportunidades laborales: “Algunos son padres jóvenes que pasan el día y la noche haciendo portón para buscar un trabajo, pero encuentran todas las puertas cerradas”.
Lamenta que algunos venezolanos persistan en los estudios hasta graduarse en una universidad, para pasar a engrosar la lista de desempleados, porque no hay suficientes plazas de trabajo. “Hay quienes terminan en el sector informal donde pueden drenar a medidas todo su potencial, pero esto no es lo ideal”.
Explica que esta situación genera familias que viven de los “tigritos” que puedan resolver, sin saber “qué van a comer hoy y menos qué será de ellos mañana”.
Modelo errado
El dirigente de Gente de Guayana culpa de esta situación al chavismo, por aplicar un modelo de ataque contra el sector privado, que “acabó con las empresas, disminuyendo la oferta de empleo y las oportunidades de desarrollo individual”.
Castro comenta que los jóvenes están de acuerdo en que es necesario salir de este Gobierno para que se abra la posibilidad de crear nuevas empresas y que los foráneos puedan invertir, creando nuevos puestos de trabajo.
“Los barrios comprenden que tiene que haber cambio en la forma de hacer las cosas para que exista una mejoría, no es posible que dependamos de los precios petroleros para regalarle a la gente una bolsa del Clap, que han demostrado ser un fracaso porque no alcanzan para satisfacer a la gente”.