Lapatilla
Vivimos en un disparate permanente. Ni en nuestra peor pesadilla podríamos haber imaginado la situación que estamos pasando en todos los ámbitos del país. Quienes detentan el poder, abusan de él, exprimen al país, lo hunden, se creen eternos en sus cargos.
La profunda crisis política, social y económica por la que pasa Venezuela, exige cambios urgentes en la dirección del país y el CNE, ente que por disposición constitucional, tiene el deber de fomentar la participación ciudadana y facilitar el ejercicio del derecho al sufragio, ha decidido esta semana dictar las normas que regirán la relegitimación de los partidos políticos, con las cuales cercena estos derechos ciudadanos y prácticamente imposibilita la supervivencia de las organizaciones con fines políticos.
Lo más preocupante de esta situación es la inmensa frustración que se ha ido formando en la gente, sobre todo en aquellos que tenían expectativas de cambio, que sienten que toda la euforia y esperanzas que se crearon después del 6 de Diciembre de 2015, se han ido al traste porque hoy estamos mucho peor que en esa fecha, que retrocedimos políticamente y que los lideres no han podido canalizar las peticiones de la ciudadanía. Vuelve a aparecer el anti partidismo y un creciente descredito hacia a la oposición, que puede causar una peligrosa fractura social, que separe a los ciudadanos de la clase política.
El proceso de relegitimación de partidos políticos, ordenado por el TSJ y regulado por el CNE, será, por decir lo menos engorroso y casi inviable, y al poner en riesgo la existencia de las organizaciones con fines políticos, hiere de muerte al sistema democrático y la voluntad popular.
Es el momento para que todos pensemos en las condiciones en las que está planteado este proceso, procurar que no sea tarde cuando nos demos cuenta de lo que debimos hacer. A los líderes de cada uno de esos partidos les toca pensar en grande, entender que el momento es ahora y que a veces toca sacrificar cosas importantes por una causa más grande que la propia; eso fortalecerá su liderazgo.
A los ciudadanos nos corresponde vencer el miedo, el egoísmo y la apatía, debemos alzar nuestras voces, para reclamar y exigir el cumplimiento de los derechos consagrados en la constitución, defendernos ante el abuso de poder y demandar se respete nuestro derecho a elegir, mientras no lo hagamos, será imposible lograr el cambio que queremos.
La libertad, el cambio y la democracia de Venezuela requieren del sacrificio de todos y de una visión compartida de país, ¿seremos capaces de esforzarnos por lograrlo?
@judithsukerman / judithsukerman@yahoo.com