Hay eventos y fechas que pasan a la historia, que marcan un antes y un después en la evolución de vida de algunas sociedades, convirtiéndose en hitos y en referentes fundamentales que generaciones futuras voltean a ver con frecuencia como ejemplos y momentos claves de inicio de un cambio profundo. Por lo general, la trascendencia de esos eventos es muy difícil de distinguir cuando se observan en primera persona, porque, como bien diría el refrán popular, “la historia nunca parece historia cuando se vive”. Pero aún así, hay veces que la fuerza de algunos eventos es tal, que no es muy difícil llegar a saber que se está en presencia de algo histórico cuando sucede ante nuestros ojos.
Por @AlfredoJimenoR / Concejal de Chacao
El 18 de febrero de 2014 será un día que recogerá la historia. El día en el que todo un pueblo, víctima de la más terrible dictadura que haya tenido en su historia, generadora no solamente de represión, presos políticos y muertes violentas sino además de hambre, escasez y enfermedad, se reveló en las calles e identificó con la valentía de un líder, que en lugar de huir y de esconderse ante las infames amenazas de la élite dictatorial, prefirió quedarse en el país y dar un paso al frente ante sus verdugos, que son también los verdugos de todos.
Desde ese día, la cárcel y las cadenas de Leopoldo López ha representado mejor que nada la cárcel y las cadenas de todo un pueblo que quiere y lucha día a día por materializar un cambio pacífico y democrático. Y desde ese día también, la dictadura, sabiéndose cada vez más impopular y rechazada, aumentó su represión dejando un rastro de sangre y lágrimas de inocentes.
Las palabras que dijo Leopoldo aquel día resuenan con más vigencia que nunca en los oídos de los venezolanos que comen de la basura por culpa del robo impune de nuestras riquezas, en los que hacen colas para poder comprar una cantidad limitada de alimentos, en los que mueren de mengua en las salas de un hospital sin medicamentos o en los que padecen torturas indecibles en las cárceles de la dictadura; pero sobre todo en los oídos de todos los venezolanos, sin distingo de clases ni ideologías, que sueñan con vivir en La Mejor Venezuela, una Venezuela de paz, bienestar y progreso, donde todos los derechos sean para todas las personas, y donde todos podamos superar la pobreza en paz y en democracia.
Este 18 de febrero el pueblo volverá a salir a las calles, pero esta vez, a diferencia de años anteriores, con cada vez más conciencia de a qué nos estamos enfrentando y de cómo debemos actuar ante ello. Ya es indudable que enfrentamos una dictadura que no nos regalará nada, y ante ella tenemos la obligación política, histórica y moral de ser irreverentes y atrevidos en la exigencia de nuestros derechos, porque, como dijo una vez Martin Luther King, “la libertad nunca es dada voluntariamente por el opresor, ella tiene que ser exigida por el oprimido”.
Termino diciendo como dijo Leopoldo aquel 18 de febrero, “no sabemos cuánto tiempo nos llevará esta lucha, pero sí sabemos que si no comenzamos a luchar hoy el cambio nunca llegará”.
¡Todos a la calle, en paz y por la democracia!
@AlfredoJimenoR
Concejal de Chacao