Se trata de “Registros”, título con el que bautizó este compendio de piezas en distintos formatos (que van desde uno hasta tres metros), y el cual se hace muy apropiado ya que tal y como lo afirma la propia artista: “Mis obras hablan de mi historia, de mi trayectoria y en consecuencia, de mi evolución. Estas obras recogen la huella de muchos años de trabajos en collage, de tejer con hilos de pintura, e incluso del manejo de los colores… Son obras que están llenas de mucha fuerza y emociones a través de las texturas y colores”, comenta Ramírez sobre estas piezas que fueron creadas a partir de pintura de esmalte y tirro; y añade que “todas ellas están relacionadas de alguna manera ya que una es resultado de otra. La mayoría han sido trabajadas en collage, mientras que otras fueron el soporte de tejidos coleccionados durante muchos años”.
Si bien la visión de cada artista, su proceso creativo y el entorno que le influye, es único e individual; por su parte, Ana Margarita Ramírez asegura que para ella “la inspiración siempre está allí, ya sea de manera consciente o inconsciente; y en lo particular, todo me inspira… Lo que me rodea, la naturaleza, mis emociones -rabias, tristezas, alegrías-, que posteriormente interpreto en líneas y color”; cuenta, agregando que este proyecto o idea vino precisamente de ver cómo a su alrededor estaban dispersas las consecuencias de años y años de rastros de pinturas que fueron quedando de sus trabajos anteriores. Es entonces cuando a partir de allí decide crear una nueva obra: “Con el pasar del tiempo fui observando como todo mi entorno iba ganando vida propia tras tantos años de haber trabajado con la técnica del dripping (chorreado). De una forma no intencional, yo misma estaba dejando una huella. Fue así como comencé a aprovechar todo lo que iba quedando, y es ese justamente el ‘hilo’ que las une a todas”, puntualiza.