Aldo Contreras, economista, docente de la Ucat y consultor empresarial, considera que la escasez, pérdida del poder adquisitivo e inflación, son los principales problemas económicos de los tachirenses, “porque un salario mínimo de apenas 60 dólares al mes, usando como referencia la tasa Simadi, es con lo que la mayoría de las empresas de la región remunera a sus trabajadores, pues en nuestro estado se hizo costumbre que el salario mínimo sea una referencia”, publica La Nación.
Afirmó que San Cristóbal siempre ha estado en el ranking de las 6 ciudades más inflacionarias de Venezuela. “Esta ciudad, que depende en 65% de productos y materias primas que provienen de la frontera colombiana, ve como los precios cambian por hora, y que acumula índice de inflación que supera 35% mensual (cálculos propios), contra el mismo periodo en 2015 que, según cifras del propio BCV, superaba 12% mensual”.
“Si se habla de artículos de producción nacional, puede decirse que el mercado tachirense está abastecido en 35% o 40%, puesto que se hizo costumbre ver en los supermercados que los productos en su mayoría son de origen colombiano, mexicano, panameño, argentino, brasileño, pero no venezolano, como sucedía habitualmente en años anteriores”, recordó.
Para Contreras, los productos con mayor porcentaje de escasez son harina de trigo, harina de maíz precocida, leches maternizadas, pañales, productos de aseo personal, aceites comestibles, entre otros, superando 70% y 85% en algunos casos.
“Los bienes sustitutos que son comprados en la frontera superan los presupuestos familiares de todos los hogares, pues un paquete de pañales de 50 unidades tiene el mismo valor que un salario mensual. Eso se traduce en que el poder de compra cada vez es menor y por ende está completamente pulverizado”, dijo Contreras.