Una bella y exitosa ginecóloga en Los Ángeles busca hombres en bares para irse a la cama y olvidar un amor del pasado, pero su vida da un vuelco en la boda de sus padres. Una típica comedia romántica, salvo porque la protagonista y su personaje son de México, reseñó AFP.
En “Todos queremos a alguien”, Karla Souza no hace de sirvienta o de bomba sexy, tampoco se aborda su estatus migratorio, aunque cruza libremente la frontera para visitar a sus padres, que no viven en una aldea pobre sino en una mansión con vista al mar: nada que ver con los estereotipos mexicanos en Estados Unidos.
Y en un año en que el Óscar no tiene actores ni directores latinos entre sus nominados, busca conquistar al público estadounidense y labrar un poco más el camino que la mayor minoría de Estados Unidos tiene por delante antes de tener un papel preponderante en Hollywood.
Tras la polémica #OscarsSoWhite (Óscar muy blancos), por dos años consecutivos en que sólo actores blancos concursaron, siete de los 20 nominados son negros en esta edición. Pero los latinos brillan por su ausencia.
“No hay ni una historia ni un latino ahí, no pintamos para nada”, dijo a la AFP Souza, que interpreta a Clara Barrón en esta cinta que se estrenó el viernes pasado en Estados Unidos y una semana antes en México. “Los Óscar demuestran que estamos lejos”.
Sólo participan en esta edición de los premios de la Academia el mexicano Rodrigo Prieto por la fotografía de “Silencio”, el español Juanjo Giménez por su corto “Timecode”, y el aclamado Lin-Manuel Miranda, de origen puertorriqueño, por su canción “How Far I’ll Go” de “Moana”.
Un estudio de la Universidad del Sur de California mostró que 5,3% de los personajes que aparecieron en las 100 películas más populares en Estados Unidos de 2015 eran latinos -frente a 73,7% de blancos y 12,2% de negros- en un país con casi 57 millones de hispanos, que alimentan un cuarto de la taquilla doméstica.
Historia de frontera
Cuando Catalina Aguilar Mastretta escribió el guión de “Todos queremos a alguien”, lo primero que le dijeron los productores fue: Clara “es una mujer de fantasía, no existe”. “Y existe por millones”, les insistió Aguilar, que también dirigió la cinta.
“Estamos retratados de una forma muy limitada y esta película da otro punto de vista”, indicó por su parte Souza, que saltó a la fama con el popular show “How to Get Away with Murder”.
En esa serie hace de estudiante de leyes, el que fuera el sueño de la fallecida actriz Lupe Ontiveros, nacida en Estados Unidos pero forzada a imitar acentos para interpretar más de 150 papeles de sirvienta inmigrante.
“Sueño con hacer de jueza, de lesbiana, de concejal”, dijo Ontiveros en una entrevista con NPR en 2012.
“Todos queremos a alguien” tiene 92% de buenas críticas en el sitio Rotten Tomatoes, que califica basado en críticas de la prensa.
Lo predecible de la historia se compensa con un guión dinámico y sazonado con mucho condimento mexicano. No es un estereotipo las grandes y ruidosas cenas con comida típica de un lado y otro de la frontera, algo muy californiano.
“Es más lo que nos une que lo que nos separa”, indicó la autora en un momento en que el presidente estadounidense Donald Trump busca construir un muro entre ambos países y deportar a 11 millones de indocumentados, la mayoría mexicanos.
La película muy probablemente no llegue al Óscar, pero el millón de dólares que recaudó en su primer fin de semana en cartelera es de buen augurio para que los latinos se abran espacio en Estados Unidos.
En esos dos años de “Óscar muy blancos”, el mexicano Alejandro González Iñárritu ganó como mejor director y en 2014 fue su compatriota Alfonso Cuarón, mientras que el director de fotografía Emmanuel Lubezki, también mexicano, conquistó tres estatuillas al hilo. Aunque todos con películas sin foco o protagonistas latinos.
Y expertos coinciden en que los actores hispanos ganarán más y nuevos espacios en la gran pantalla. Diego Luna, Oscar Isaac, Michael Peña, Edgar Ramírez y Rodrigo Santoro aparecen cada vez más en los créditos de Hollywood.
Pero el proceso es lento. Benicio del Toro fue el último en llevarse un Óscar por “Traffic” hace 16 años y Demián Bichir fue el último nominado en 2011 por “Una vida mejor”.