Durante el foro “Problemas y perspectivas del movimiento sindical en Venezuela organizado por la Fundación Friedrich Ebert (FES – ILDIS), en el cual participaron varios expertos entre las cuales destacó la directiva del Instituto de Altos Estudios Sindicales (Inaesin) y profesora de la UCV, Consuelo Iranzo, quien detalló el debilitamiento del sindicalismo en el país por la políticas de los Gobiernos de Hugo Chávez y luego de Nicolás Maduro.
Nota de prensa
Iranzo señaló que la política laboral del Estado revolucionario ha estado dirigida a arrinconar y a reducir el poder al máximo del movimiento sindical venezolano, resaltando el desconocimiento absoluto de las organizaciones sindicales tradicionales o no oficialistas. “Otro acciones que están enmarcadas en esta política ha sido el despido de dirigentes y de empleados por causas de orden político, la promoción del paralelismo sindical y el intervencionismo en las elecciones sindicales a través del CNE”, comentó.
Reconoció que ciertamente el Estado también ha promovido medidas favorables a los trabajadores, pero ellas han sido hechas al margen de las organizaciones sindicales y son presentadas no como derechos de aquellos sino como dádivas del Gobierno. “En síntesis, el principal problema del sindicalismo venezolano hoy en día es la existencia de un pésimo panorama económico con un campo de acción mínimo en el marco del autoritarismo-populista del Estado actual”.
La integrante de la directiva del Inaesin explicó que a pesar del contexto y escenarios adversos el movimiento sindical venezolano podría tener una mejor realidad, pero, en sí mismos, tienen importantes deficiencias las cuales les restan capacidad de acción. “La primera de ellas es su sempiterna subordinación a los partidos, que los ha llevado a anteponer los intereses de estos a los de los trabajadores, o sus propios intereses como dirigentes políticos al de su condición de dirigentes sindicales. Igualmente la dispersión y las diferencias entre las centrales han contribuido a ese debilitamiento”, aseguró.
Concluyó destacando que si prevalece una fuerte autocrítica y deseos de una radical renovación seguramente el movimiento sindical venezolano logrará sobrepasar sus propias deficiencias. “Su acción exige hoy más que nunca de una enorme creatividad, indispensable para superar las acciones meramente defensivas. Los últimos esfuerzos que está haciendo para establecer nuevas alianzas con las otras organizaciones de la sociedad civil apuntan en una dirección prometedora”.