El Gobierno de Venezuela rechazó hoy “categóricamente” el “írrito” Informe sobre la Estrategia Internacional sobre el Control de Narcóticos 2017″ publicado por el Departamento de Estado de Estados Unidos, y señaló que este país “pretende erigirse en gendarme mundial”.
EFE
“Es grave, cuestionable y absolutamente antidemocrático que los Estados Unidos de Norteamérica, en su pretendido rol de policía supranacional, desconozca y menoscabe los sistemas de prevención y control delictivo de los Estados soberanos”, según un comunicado difundido por la Cancillería venezolana.
Este viernes, el Departamento de Estado divulgó un informe en el que remarca el “fracaso demostrable” de Venezuela -y de Bolivia y Birmania- en la lucha contra el tráfico de drogas.
El texto es relativo a 2016 y está basado en las recomendaciones que emitió el expresidente Barack Obama el pasado septiembre.
Y si bien el “fracaso” de Venezuela en la lucha contra las drogas podría acarrear nuevas sanciones, Obama recomendó al Congreso que no interrumpiera la asistencia económica a Venezuela y Birmania, naciones que están “en el interés nacional” de los Estados Unidos, de acuerdo con el Departamento de Estado.
Pero Venezuela destaca que Estados Unidos es “el principal mercado de drogas en el mundo”, y que este país ha fallado “de manera rotunda en la protección del derecho a la salud de sus ciudadanos”.
Venezuela, además, hizo un “llamado” a Estados Unidos para “desplegar esfuerzos sinceros y efectivos” de cooperación que permitan “una actuación eficaz en el control antidrogas”.
La divulgación del informe constituye un nuevo episodio en el tira y encoge diplomático que mantienen Venezuela y Estados Unidos desde el arribo al poder de la “revolución bolivariana”, en 1999.
Venezuela, que expulsó de su territorio a la DEA en agosto de 2005 bajo acusaciones de espionaje político, incautó en 2016 más de 37 toneladas de estupefacientes, y casi 600, además de capturar y deportar a 110 capos de la droga, desde que cesó su cooperación con la oficina antidrogas de Estados Unidos.
Sin embargo, a mediados de febrero pasado Estados Unidos emitió sanciones contra el vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, a quien acusó de estar involucrado en el tráfico de estupefacientes, aunque estas medidas no cambiaron a simple vista la política interna de la nación sudamericana.
En el mismo informe el Departamento de Estado también incluyó a Venezuela en una “lista negra” de naciones que poco hacen contra el lavado de activos.